madrid. El secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, ha retrasado el debate sobre la revalorización de las pensiones para compensar la inflación hasta el mes de noviembre, cuando debe efectuarse dicha revisión, alegando que es entonces cuando se conocerá el IPC real y cuando se podrá saber si la desviación con respecto de las previsiones es "asumible" para el sistema. Así lo aseveró en declaraciones a los medios en la Comisión de Seguimiento del Pacto de Toledo en el Congreso, donde fue preguntado sobre este asunto tanto a la entrada como a la salida, y en la propia sesión por parte de los grupos de la oposición.
"La oposición lo tiene muy claro: que se lea la ley en vigor y tendrá despejadas todas las dudas. Vamos a aplicar la legislación vigente en materia de pensiones. Si la legislación dice que sí (hay que revalorizarlas), a esa legislación nos atenemos. Mientras esa legislación no cambie es la que está en vigor", zanjó. Posteriormente, insistió en que hay que "atenerse a la norma vigente" si bien no respondió a si el Gobierno podría plantear una modificación de la legislación para cambiar aspectos como la obligatoriedad de compensar la inflación. El Gobierno aseguró la semana pasada que ajustaría las pensiones "a la subida de la vida".
Además, Burgos recordó que "nunca en presupuestos anteriores, en el mes de septiembre nos hemos cuestionado si se desviaba o no el IPC" y ha recomendado "esperar a noviembre para ver si hay una desviación asumible por el sistema".
"Este gobierno ya tomó la decisión de revalorizar las pensiones a principios de 2012 y ya sabía que podía tener desviaciones de IPC, que se producen de forma habitual. El problema no es para debatir ahora, es una cuestión para sustanciar cuando, en noviembre, sepamos la desviación real. Es que la desviación de aquí a noviembre puede ser muy distinta", zanjó.
En este sentido, el ministro de Economía, Luis de Guindos, explicó que parte de la inflación experimentada en los últimos meses está relacionada con la subida del IVA, pero aseguró que, a medida que se absorba este efecto, el IPC volverá a estar "claramente" por debajo del 2%.