Vitoria. El Gobierno Vasco ha conseguido unir por fin a las tres diputaciones gracias a su propuesta de aplazar el Consejo Vasco de Finanzas (CVF) hasta después de las elecciones del 21 de octubre. Álava ya había mostrado su oposición el lunes y ayer volvió a insistir sobre el asunto: "El CVF debe celebrarse el 15 de octubre y pretender posponer la reunión supone un incumplimiento de la ley", advirtió su diputado general, Javier de Andrés, visiblemente contrariado por no haber recibido aún la misiva del consejero, a quien reprochó además que anunciara sus planes en los medios de comunicación sin haberlos comunicado antes a los responsables políticos de las diputaciones.

También Bizkaia y Gipuzkoa respondieron con rotundidad ayer. Incluso, José Luis Bilbao remitió una carta al consejero de Economía y Hacienda para expresarle su rechazo y apremiarle a que convoque el encuentro lo antes posible. En esa línea, sugirió que la reunión se celebre en la semana del 8 al 11 de octubre.

PNV, PP y Bildu coinciden en que la cita en la que se fijan las bases de los presupuestos del próximo año no puede retrasarse porque limitaría su capacidad para elaborar las Cuentas en fecha y forma. Sostienen, además, que se trata de una cuestión estrictamente técnica -alejada de los intereses partidistas que el PSE prevé que marcarán la cita- y que la responsabilidad institucional está por encima de cálculos electorales.

Históricamente, diputaciones y Gobierno han mantenido desencuentros en ese foro, pero siempre por hacer valer posiciones favorables a cada herrialde o por pugnas interinstitucionales. La tensiones se han producido hasta cuando el PNV controlaba las cuatro administraciones.

Por ello, los entes forales creen que la celebración de las elecciones no es motivo de peso para retrasar el CVF por primera vez desde su creación. El encontronazo de las diputaciones con el Ejecutivo de Patxi López anticipa batalla las próximas semanas. Bizkaia, Gipuzkoa y Álava exigen que la reunión se produzca en la primera quincena de octubre, como establece la Ley de Territorios Históricos y Lakua se niega, aunque eso suponga incumplir la normativa y dificultar la acción del gobierno de todo el entramado institucional de la CAV durante 2013.

El portavoz del Ejecutivo foral vizcaíno, Juan Mari Aburto, enmarcó la controversia en un plano estríctamente fiscal. No se trata de un "nuevo elemento de fricción" con el Gobierno vasco, sino de un "ejercicio de responsabilidad ineludible" de todas las administraciones: llegar al 31 de diciembre con Presupuestos aprobados. En caso contrario, los ayuntamientos no sabrán cuánto dinero van a recibir de las diputaciones y tampoco podrán diseñar sus Cuentas. Los socialistas no tienen sin embargo la presión de los plazos ya que será el nuevo Ejecutivo que salga de las urnas el encargado de elaborar los Presupuestos de 2013 y los sondeos no dan a López opciones de repetir al frente de Ajuria Enea. Aburto llamó la atención sobre esa cuestión y alertó de que el aplazamiento del CVF supondría la "paralización" de las administraciones de la CAV en plena crisis.

Tras haber conocido por la prensa las intenciones de Lakua, Bizkaia recibió ayer a las 9.30 horas la comnunicación oficial. En su respuesta, también por carta, el diputado general vizcaíno advierte de que el retraso forzaría a las diputaciones a prorrogar presupuestos, la acción de gobierno quedaría restringida y el "efecto pernicioso" se trasladaría a los ayuntamientos. Añade que el Gabinete de Patxi López no puede tomar decisiones que tengan como consecuencia un "perjuicio claro" para el funcionamiento de las instituciones vascas. "Esperando que se cumpla la ley, recibe un cordial saludo", se despide Bilbao .

De momento, el Gobierno del PSE continúa defendiendo el aplazamiento. Su portavoz, Idoia Mendia, aseguró que retrasar la reunión "diez días" no tendrá ninguna influencia en el cumplimiento de los plazos de elaboración de los presupuestos. Oficialmente, La-kua está a la espera de conocer la opinión de las diputaciones para tomar una decisión definitiva, pero no entra dentro de sus planes que el CVF se celebre a mitad de la campaña electoral. Para Mendia "es algo perfectamente comprensible". Sin embargo, es la única institución que alberga recelos por la cercanía de los comicios y también la única que no ve en riesgo la estabilidad institucional.