VITORIA. Francia se tendrá que apretar el cinturón para alcanzar el objetivo de reducir su déficit público al 3% del PIB el próximo año, según señaló ayer su presidente François Hollande al anunciar un ajuste presupuestario de 30.000 millones de euros, así como el lanzamiento de un plan para intentar reducir el número de desempleados, -que alcanza los 3 millones lo que supone una tasa de paro del 10%-, en dos años.

El máximo responsable de la República Francesa, el dirigente socialista François Hollande, se dirigió anoche al país en una entrevista televisiva para anunciar la puesta en marcha, antes de fin de año, de diversas medidas para combatir la complicada situación económica gala derivada, según los analistas, de la pérdida de competitividad de su industria algo que se ha traducido en una desindustrialización creciente, un déficit notable en comercio exterior y una pérdida de empleos.

El presidente francés, François Hollande, advirtió de una reducción de las previsiones de crecimiento económico para 2013, del 1,2% al 0,8% en el PIB, recorte que no augura nada positivo tampoco para la industria vasca ya que tiene en el país galo a su principal cliente comercial. En vista de esa mediocre tasa de incremento del PIB, Hollande se fijó un plazo de dos años para lograr la "recuperación de Francia" de las consecuencias de la crisis económica que atraviesa el país, tras señalar que no se le puede pedir que haga en cuatro meses, el tiempo transcurrido desde su elección como presidente, lo que no hizo su antecesor Nicolas Sarkozy en cinco años.

El jefe del Estado galo reconoció que el esfuerzo a realizar para sacar al país de la complicada situación económica será "el mayor en los últimos 30 años" pero resaltó que es necesario ya que hay una "inquietud" creciente por el aumento del desempleo.

Hollande desgranó las generalidades del plan de ajuste a efectuar para reducir el déficit público y reconoció que el Gobierno aplicará recortes por importe de unos 10.000 millones de euros en gastos en Educación, Seguridad y Justicia.

El máximo responsable galo señaló que no habrá una subida masiva de impuestos pero agregó que las familas francesas tendrán que aportar 10.000 millones de euros al ajuste, mientras que los restantes 10.000 millones provendrán de aportaciones suplementarias de las empresas del país.

Reforma laboral El presidente francés reconoció que será necesaria una reforma laboral destinada a favorecer la implantación de un mercado de trabajo "más flexible y al mismo tiempo más protector". Para ello dará la oportunidad a los agentes sociales a que lleguen a un acuerdo antes de fin de año, acuerdo "que se llevará a la legislación" y si no se alcanza será el Gobierno el que legislará. Se trata de una tesis similar a la que mantuvo el anterior presidente de Gobierno español, Rodríguez Zapatero.

Plan a dos años vista Hollande quiso darle solemnidad a su intervención, consciente tal vez por primera vez de la complicada situación de la economía francesa, y afirmó que "tengo como misión la recuperación del país. Voy a establecer una agenda de recuperación, en dos años, en el empleo y las cuentas públicas", manifestó el presidente, criticado en las últimas semanas por la actitud de su Gobierno y la falta de precisión en las reformas.

El plazo de dos años tiene además intencionalidad política porque coincidirá con las próximas elecciones municipales en Francia.

Hollande afirmó que el Gobierno hará un esfuerzo notable en los presupuestos de 2013 ya que las cuentas públicas estarán sometidas a la exigencia de reducir el déficit público hasta el 3 % del Producto Interior Bruto (PIB) desde el 4,5% fijado para el presente ejercicio.

El presidente confirmó que para alcanzar los objetivos en un escenario de virtual estancamiento económico el Estado deberá hallar la manera de ahorrar 30.000 millones de euros. Hollande indicó que el Estado se compromete en reducir un 7% los gastos de funcionamiento, incluidos recortes en partidas tan sensibles para sus bases sociales como la de Educación.