Lisboa. El primer ministro portugués, el conservador Pedro Passos Coelho, anunció ayer nuevas medidas de austeridad, que supondrán un aumento de las cargas impositivas de los trabajadores y un descenso de las que soportan las empresas a partir de enero. Passos Coelho dijo que las decisiones aprobadas el jueves por el Banco Central Europeo (BCE) no bastan para garantizar el saneamiento de la economía lusa y anunció, entre otras medidas, un aumento del 11 al 18 % en la contribución de los trabajadores a la Seguridad Social, y un descenso, del 23,75 al 18 %, en la que grava a las empresas.
En una alocución al país, el dirigente conservador también explicó un nuevo sistema del corte aplicado a las pagas extras del sector publico, que beneficiará a los funcionarios pero no a los pensionistas, para cumplir la sentencia del Tribunal Constitucional que rechazó esas medidas por discriminatorias. La decisión del tribunal, que no afectó a la suspensión de las pagas extras aplicada este año pero la prohíbe en 2013, ha obligado al Gobierno a "repartir" los sacrificios de la crisis con los trabajadores del sector privado, explicó Passos Coelho.
El aumento del descuento destinado a la Seguridad Social en siete puntos porcentuales afectará a todos los trabajadores, sean de entidades públicas o privadas de Portugal, que está sujeto desde hace más de un año a un severo plan de austeridad para cumplir las condiciones de su rescate financiero.