vitoria. Catalunya llamará a la puerta del Fondo de Liquidez Regional del Estado para reclamar su dinero, no una limosna. La Generalitat acordó ayer oficialmente pedir el rescate en su primera reunión tras las vacaciones y fijó la cantidad en 5.023 millones de euros. Si el gobierno catalán no recibe ese dinero tendrá graves dificultades los próximos meses para pagar facturas y los vencimientos de deuda.

Sin embargo, no aceptará que Madrid imponga contrapartidas a cambio porque Catalunya envía más dinero a España del que recibe. Con un sistema de financiación similar al Concierto Vasco, no tendría las urgencias actuales y por ello no caben nuevas exigencias económicas y mucho menos políticas. "El Govern no va a dar ni las gracias porque este es dinero que les corresponde a los catalanes", aseguró ayer el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs.

Catalunya destinará ese dinero a cumplir con el objetivo del déficit de este año (1,5%) y a refinanciar pagos pendientes de aquí a final de año. Será solo un parche para las tensiones de tesorería de la Generalitat si el gabinete de Artur Mas no alcanza un acuerdo para modificar su sistema de financiación en base al pacto fiscal cerrado el mes pasado en el Parlament.

Pese al potencial económico catalán, su deuda supera los 42.000 millones (el 21% de su PIB) y el cumplimiento de las exigencias de déficit implican una reducción del 2,4%. A día de hoy, ni la solicitud formal del rescate garantiza que se alcancen los objetivos. Homs reconoció que será "muy difícil" hacerlo. También que no se pueden descartar nuevos recortes en Catalunya los próximos meses.

Todavía no hay fecha para que se materialice la inyección de dinero. Principalmente porque el Gobierno de Mariano Rajoy no ha puesto en marcha todavía el Fondo de Liquidez Regional. El portavoz de la Generalitat lamentó el retraso y advirtió de que aumentarán las dificultades si los fondos no están disponibles en septiembre.

El siguiente paso de Catalunya será la comunicación directa de la petición de ayuda al Ministerio de Economía, que tendrá que dar una respuesta que se presupone afirmativa. Durante su comparecencia, Homs expresó en varias ocasiones la resistencia del Govern a asumir nuevas exigencias de ajuste o un tutelaje político. En su opinión, el plan de ajuste presentado hace unos meses ya recoge las condiciones de acceso al Fondo de Liquidez.

negociación con madrid En esa línea, subrayó las diferencias entre pedir un "rescate a Europa" y "acudir -evitó la palabra rescate- al Estado español". "El dinero que pedimos es el que pagan los propios catalanes y que gestiona el Gobierno español. En el caso de Europa no es el dinero de los españoles, sino el de otros países", argumentó.

Hay todavía mucha tela que cortar antes de que Catalunya se ponga el traje del rescate. Suenan campanas de negociación política con el Gobierno del PP para definir el escenario final y las dos partes buscaron ayer posiciones de fuerza. Barcelona lo hizo negándose a asumir nuevas exigencias de ajuste y Madrid, minimizando la importancia de la ayuda a una comunidad del peso en el economía de Cataluña, que además está gobernada por el partido que ha evitado que el PP se quede solo en la aprobación de algunos de sus recortes.

Mariano Rajoy dijo que su Gobierno ayudará a Catalunya como ha hecho con otras comunidades y restó importancia a la reunión que mantendrá el próximo 20 de septiembre con Artur Mas, en la que el president le planteará la necesidad de modificar el sistema de financiación catalán. "No se trata ahora de establecer prioridades, sino de resolver problemas, que es mi voluntad y mi obligación. Le escucharé muy atentamente y le daré mi opinión", zanjó Rajoy, quien ya ha mostrado su rechazo al Pacto Fiscal aprobado en el Parlament. El PP catalán se apresuró a advertirle a Mas que no están en disposición de poner condiciones.

Con estos precedentes no se intuye mucho margen para que vea la luz el nuevo modelo de financiación, pero sí para suavizar el impacto del rescate de cara a la opinión pública eliminando de la fórmula del rescate exigencias económicas de gran calado.

La formalización del rescate desató una tormenta política en Catalunya a las puertas de la Diada. ERC consideró "humillante" la petición de la ayuda y aseguró que la única solución es la independencia. Los socialistas sembraron dudas exigiendo a Mas que concrete el destino de los 5.023 millones de euros.

Y en medio de ese debate, algunos analistas vincularon el repunte de la prima de riesgo a la petición de la ayuda por parte de Catalunya, una evidencia más de los graves problemas que atraviesa España.

"No vamos ni a dar las gracias porque el dinero que pedimos es el que pagan los catalanes"

Francesc Homs

Portavoz de la Generalitat

"Catalunya recibirá ayuda como el resto,

no nos desentendemos de los problemas"

mariano rajoy

Presidente del Gobierno