mikel mujika
Donostia. La Diputación de Gipuzkoa aseguró ayer que "no se dormirá" y seguirá pensando en el diseño de nuevos impuestos que contribuyan en el futuro a "alcanzar una fiscalidad sólida, una cohesión social y un mejor reparto de la riqueza", después de pactar con el PSE la nueva norma foral de tributos locales que será ratificada en el Pleno del lunes, así como las principales líneas de acción para reformar el Impuesto de Sociedades, un tributo que grava los beneficios de las empresas y que eliminará varias de las deducciones que las sociedades pueden realizar actualmente por determinadas inversiones.
En este punto, el portavoz del grupo juntero del PNV, Markel Olano, mostró ayer su rechazo frontal al más que previsible recorte en las deducciones fiscales, que calificó como "una auténtica agresión al tejido económico de Gipuzkoa". Olano indicó que "el de Sociedades no es un impuesto aplicado a las grandes fortunas, ni a los grandes empresarios, ni al sector bancario, sino que se trata de un tributo que grava los beneficios de la empresas de Gipuzkoa, tanto de pymes como micropymes". Sin embargo, según Olano, para Bildu y PSE "el impuesto es solo recaudatorio y, por tanto, no lo conciben como un apoyo directo a las inversiones de las empresas".
Del mismo modo, el portavoz del grupo juntero jeltzale recordó que "las empresas de Gipuzkoa generan el 85% del empleo de nuestro territorio y son las que han hecho una apuesta por mantener el empleo, lo que ha provocado que Gipuzkoa tenga la mitad de tasa de paro que tiene el Estado español".
La reforma del Impuesto de Sociedades, sin embargo, se encuentra aún en fase incipiente y ni siquiera se ha comenzado la redacción del proyecto. Según recordó la diputada de Hacienda, Helena Franco, lo que han hecho Bildu y PSE al pactar el documento de conclusiones de la ponencia es acordar en qué puntos hay que introducir cambios. Otro de los aspectos en los que Bildu y PSE sumarán sus fuerzas -cuentan con 32 de los 51 escaños de la Cámara, que se elevan a 33 con el apoyo de Aralar-, tal y como hicieron en diciembre para retomar el Impuesto de Patrimonio y modificar el IRPF, es en la aprobación del proyecto de norma foral sobre tributos locales. Según destacó ayer Helena Franco, se permitirá a los Ayuntamientos que puedan subir hasta un máximo del 150% el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de las viviendas no habituales.