Bruselas. ¿Cómo recapitalizar al sector bancario español sin que el estigma del rescate dañe al conjunto de la economía y sitúe a España bajo la tutela de Bruselas y de un doloroso plan de ajuste? Ese es el quid de la cuestión y la pregunta para la que buscan una respuesta acelerada gobiernos e instituciones en un intento por controlar la crisis que mantiene a España y a la Eurozona prisionera de los mercados.
Ayer el vicepresidente y comisario de asuntos económicos, Olli Rehn, admitió, con el apoyo explícito de Francia, de que algo se está moviendo y que "es importante considerar la alternativa" y que el fondo europeo de rescate sirva también para ayudar directamente a la banca sin que el dinero tenga que pasar antes por los Estados. Alemania, principal contribuyente al mecanismo de rescate, se resiste.
Eso sí, la canciller alemana, previamente a entrevistarse con el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso se mostró favorable a crear "mecanismos de supervisión bancaria" a escala europea pero a medio plazo. Así como partidaria de dotar a las instituciones de la UE de "un mayor margen de actuación ante la crisis".
¿Qué ha cambiado en una semana para que Rehn, tajante la semana pasada, modere su discurso desde un "actualmente no es posible" hasta su declaración de ayer en la que admite que es "importante considerar esta alternativa de recapitalización bancaria directa"? Entre una y otra declaración la prima de riesgo española ha vuelto a batir récords históricos, superando los 540 puntos, y el deterioro del sector bancario se ha hecho tan evidente en España, la cuarta economía de la Eurozona, como en el pequeño Chipre, muy afectado por la crisis griega y que según la prensa del país podría tener que solicitar el rescate europeo antes de que termine el mes de junio para sanear la situación de un sector que necesita al menos 1.800 millones de euros con urgencia.
Mecanismos La idea de recurrir al fondo de rescate europeo para inyectar dinero en los bancos no es nueva. En julio del año pasado los jefes de Estado y de gobierno ya ampliaron el mandato del actual fondo europeo de estabilidad financiera, que será sustituido el 1 de julio por un mecanismo permanente de ayuda, para permitir recapitalizar al sector a través de préstamos a los gobiernos. En contrapartida, los ejecutivos europeos están obligados a comprometerse a un estricto control de su gasto y a un programa de ajuste como el que ya sufren los tres países rescatados, Grecia, Irlanda y Portugal para adelgazar el déficit público y devolver las cuentas públicas a la sostenibilidad. Ayer el ministro francés de economía, Pierre Moscovici, admitió también que "la recapitalización directa de bancos a través del MEDE (el fondo de rescate) es un tema fundamental" que espera esté "en la mesa del Consejo Europeo del 28 y 29 de junio" mientras que el vicepresidente Rehn reconocía que se trata de "una cuestión clave a corto, medio y largo plazo" cuando se habla sobre posibles esquemas para una unión bancaria. "Hemos estado considerando esto como una posibilidad seria de romper el vínculo de la financiación entre los bancos y sus respectivos países", añadió Rehn confirmando que se trata de una propuesta en la que trabajan los servicios de la CE.
Detrás de este cambio de rumbo se encuentra la necesidad urgente de solventar los problemas de Bankia, que podría necesitar del orden de 23.000 millones de euros, y de todo el sector bancario español con estimaciones publicadas por la prensa alemana que oscilan entre los 50.000 y los 90.000 millones de euros. El gobierno español lleva semanas intentando convencer a sus socios de la necesidad de potenciar esta vía. La semana pasada el ministro Luis de Guindos se reunía en Berlín con su colega alemán, Wolfgang Schaüble, y mañana miércoles lo hará precisamente con el francés Pierre Moscovici en París. El principal escollo, sin embargo, es el primero, que sigue capitaneando a un grupo de países, entre los que se encuentran Finlandia y Austria, que se oponen a dar vía libre a la inyección directa de capital en los bancos.
Es más, según publicaba el semanario alemán Der Spiegel, Schäuble habría aprovechado la reunión de la semana pasada para presionar a su homólogo español a solicitar ayuda al fondo de rescate. Un extremo que el portavoz de la canciller Angela Merkel negó ayer. "Corresponde a los gobiernos nacionales decidir si recurren al mecanismo de rescate", advirtió Steffen Seibert, señalando que primero España tiene que saber cuánto dinero necesita. También desmintió que Alemania esté dispuesta a aceptar en la próxima cumbre europea una cesión de soberanía de los gobiernos en materia económica a cambio de la creación de los eurobonos.