vitoria. Mientras el Gobierno de España sigue vetando cualquier investigación sobre la quiebra de Bankia, el lastre de esta entidad continúa pesando en todos los indicadores económicos y arrastra a la economía a una situación de rescate con la bolsa por debajo de los 6.100 puntos y la prima de riesgo alcanzando los 540. Pero lo peor es que no se sabe cómo se va a financiar su reflote (19.000 millones de euros a cargo de las arcas del Estado), lo que aumenta la sensación de improvisación en la acción del Ejecutivo, descoordinación con Bruselas y, en última instancia, falta de confianza en los mercados.

La fórmula primeramente anunciada, que implicaba la cesión de títulos de deuda pública para que la entidad los intercambiara por efectivo vendiéndoselos al Banco Central Europeo (BCE), ha sido rechazada por Bruselas pese a que tanto el órgano emisor del euro como el Gobierno del PP lo niegan basándose en un formulismo: no se ha presentado formalmente un plan para el rescate de Bankia. Sin embargo, la evidencia del rechazo de Bruselas a la fórmula adelantada por Madrid es que finalmente el Gobierno ha cambiado de planes para decantarse por organizar una emisión de deuda a través del Tesoro cuya recaudación servirá para sufragar con dinero contante y sonante la inversión en la entidad. El problema es que esta operación implica salir a los mercados para pedir prestado, aumentando así la deuda del Estado y con grave riesgo de que esto, a efectos contables, implique aumentar el déficit. Y es que desde Bruselas ya se avisaba ayer que no se permitirá que España contabilice como inversión (es decir en el haber del saldo contable) lo que meta en Bankia, ya que mientras esta entidad no sea reflotada y sus cuentas sean positivas se considerará como deuda (en el apartado del debe).

anécdotas Con esta realidad el discurso del titular de Economía, Luis de Guindos, asegurando que el Estado recuperará la inversión de 19.000 millones acometida en la entidad, es meramente anecdótico y se queda en el plano de los esfuerzos baldíos del Ejecutivo por insuflar confianza en la economía española. "Ha de quedar meridianamente claro que Bankia es un caso específico; no se puede extrapolar al resto, porque tiene una exposición inmobiliaria superior al resto, porque su cartera crediticia es de menor calidad y porque se trata de una entidad sistémica, debido a su tamaño", insistía De Guindos.

Igualmente anecdótico es el hecho de que el BCE emitiera ayer dos comunicados distintos en relación a la situación de Bankia. En el primero se subrayaba que "los fondos para recapitalizar bancos no pueden provenir del Eurosistema", es decir, la operación no podía basarse en el intercambio de títulos de deuda. En el segundo, que desmentía los "errores técnicos" del anterior, esa referencia desaparecía, pero una vez que España ya había aclarado que iría directamente a los mercados para financiar el reflote de Bankia.