Bruselas. El giro en el eje franco-germano provocado por la llegada de los socialistas al Elíseo se escenificó ayer en el debut europeo del nuevo presidente de Francia, François Hollande, en torno a los eurobonos, que París ha elegido como primer desafío a la canciller alemana, Angela Merkel. La cumbre de Bruselas sirvió, además, para evidenciar las diferencias en el seno de la UE sobre cómo reactivar el crecimiento en la débil Europa. Porsu parte, Mariano Rajoy volvió a descartarla posibilidad de acudir al fondo de rescate para recapitalizar a la banca española.
Angela Merkel se mantuvo ayer firme en su rechazo a la emisión de eurobonos pese a la presión de François Hollande, y del primer ministro italiano, Mario Monti, que defienden esta medida para estabilizar la eurozona y reactivar el crecimiento.
Merkel contó con el apoyo de otros países 'triple A' como Finlandia y Países Bajos, que temen que la mutualización de la deuda encarezca sus costes de financiación y disminuya la presión sobre los países con problemas para seguir realizando ajustes y reformas.
El enfrentamiento acaba con la sintonía que había presidido la relación del eje franco-alemán. El anterior presidente galo, Nicolas Sarkozy, acabó plegándose a la negativa de Berlín a discutir los eurobonos. "Los eurobonos no son una contribución al crecimiento", zanjó Merkel a su llegada a la cumbre extraordinaria de líderes de la UE. Alegó además que "los Tratados prohíben asumir la responsabilidad de la deuda de otros Estados miembros y en nuestra opinión eso también afecta a los eurobonos".
En su opinión, el hecho de que antes de la crisis todos los países de la eurozona pagaran tipos de interés similares por emitir deuda pese a sus diferentes fundamentos económicos "ha llevado a una evolución extremadamente negativa".
También el primer ministro finlandés, Jyrki Katainen, ha mostrado su rechazo a la emisión conjunta de deuda en la eurozona ya que, en su opinión, esto supondría "invitar a problemas". "No estamos a favor de los eurobonos", indicó Katainen, que ha subrayado que "demasiados países" han recibido dinero en el pasado prestado a intereses que eran demasiado bajos.
En la misma línea se expresaron Holanda y Suecia, que no forma parte de la eurozona. En contraste, el presidente francés insistió en "poner sobre la mesa todas las propuestas para el crecimiento" porque, a su juicio, "de lo contrario no alcanzaremos los objetivos de reducción del déficit y se crearán dudas en los mercados". "Los eurobonos forman parte de la discusión", sostiene Hollande.
También el primer ministro italiano ha defendido la creación de eurobonos como receta para reactivar el crecimiento, aunque ha admitido que "para varios Estados miembros no son ideas digeribles a corto plazo". Por ello, Monti ha abogado por "encontrar soluciones más a corto plazo" para impulsar el crecimiento que logren un consenso en el Consejo Europeo del 28 y 29 de junio. El vicepresidente de la Comisión y responsable de Competencia, Joaquín Almunia, ha defendido "avanzar gradualmente hacia la mutualización de la deuda pública en la eurozona".