Vitoria. Las dudas sobre la banca española persisten. Si la semana pasada era el FMI el que puso la lupa sobre su solvencia y la posible necesidad de fondos públicos, ayer la agencia de calificación Standard & Poor's anunció que ha revisado a la baja el rating de once entidades financieras estatales, entre ellas BBVA y Kutxabank, al tiempo que ha puesto en revisión con perspectiva negativa a otras cinco. Después de que el jueves esa misma empresa recortara en dos escalones la deuda soberana española por las dificultades para cerrar la reestructuración del sector bancario, la banca asumió ayer que la rebaja a estas entidades es un paso más de Standard & Poor's, según fuentes financieras consultadas por DNA. De hecho, el pasado viernes la directora de ratings soberanos para Europa y África de S&P, Myriam Fernández de Heredia, ya anticipó en rueda de prensa que la rebaja del rating soberano español tendría impacto en las calificaciones del sector financiero del Estado "en días o semanas".
La agencia de medición de riesgos ha bajado así la calificación de la deuda a largo plazo de BBVA y de Kutxabank -el banco de las cajas vascas-. Con la revisión aplicada, la deuda a largo y corto plazo de Kutxabank queda situada en BBB-/A3, el nivel 10 de 22, equivalente a medio bajo. Por su parte, la calificación de BBVA ha quedado mejor situada (BBB+/A-2), el nivel octavo de 22, considerado también medio bajo, aunque dos escalones por encima del de Kutxabank. El BBVA tenía antes dos escalones más.
Además, S&P anunció que rebaja la calificación a Santander, Banesto, Santander Consumer, Banco Sabadell, Ibercaja, Banca Cívica -que integra a CAN y que ha sido adquirida por Caixabank-, Bankinter, Barclays y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). Además ha puesto en revisión con perspectiva negativa a otras cinco entidades financieras: Caixabank y Bankia, a sus respectivas matrices La Caixa y Banco Financiero y de Ahorros (BFA), así como al Banco Popular que podrían sufrir rebajas a corto plazo.
banca afectada El documento publicado ayer explica que la rebaja aplicada la semana pasada a la deuda soberana española tiene implicaciones directas sobre la de las entidades financieras. Según S&P, los motivos aducidos para rebajar la deuda soberana española -el deterioro de la trayectoria del déficit presupuestario del país y el aumento de las probabilidades de que el Gobierno necesite proveer de ayudas fiscales al sector bancario- afectarán negativamente a las cuentas de los bancos.