vitoria. El economista José Ramón Urrutia, nacionalista convencido, se muestra muy pesimista sobre la situación de la economía española pero reconoce que en Euskadi también se ha vivido por encima de las posibilidades y cree que existe un sector público sobredimensionado.
Euskadi necesita adoptar medidas importantes para salir de esta coyuntura. ¿Ve a al actual Gobierno Vasco adoptando las mismas?
Al Gobierno Vasco le falta liderazgo y capacidad para afrontar esta crisis por lo que el siguiente Ejecutivo será el encargado de lidiar con una situación muy complicada y no lo tendrá fácil. Hay que tener en cuenta que habrá que pagar los intereses de una deuda que se ha elevado sustancialmente en relación al PIB en los últimos años. Tendrá que negociar el próximo Cupo 2012-2016 que será difícil porque estamos vendiendo mal la historia. No se puede decir que tenemos aquí mejores servicios y esperar un acuerdo económico cuando recordamos que tenemos la mitad de paro y menos deuda. Por otra parte, no hay que olvidar que todavía quedan flecos de las vacaciones fiscales por resolver. Y además hay que elaborar un plan sobre el coste de lo que queremos hacer en las áreas de Educación, Sanidad y Dependencia y de cómo lo vamos a financiar.
¿Cómo se le explica a un ciudadano que va a trabajar todos los días, que abona sus impuestos y que ha pagado su casa que ha vivido por encima de sus posibilidades?
Individualmente posiblemente no lo haya hecho pero colectivamente sí. En España hay casos, por ejemplo, de infraestructuras que están en la mente de todos que se han construido cuando posiblemente no eran necesarias, con dinero prestado que ahora hay que devolver. Y dichas infraestructuras, algún aeropuerto, ni siquiera se utilizan. Además se han creado unos servicios públicos y unas administraciones que, como se ve ahora, no son sostenibles con el nivel de ingresos y riqueza existente.
¿Qué se precisa a nivel empresarial para aguantar este momento de la crisis?
Una negociación colectiva con cordura y sentido común. Tenemos que ir hacia un planteamiento cooperativo. Lo importante es que la empresa pueda resistir por lo tanto hay que hacer convenios que hagan posible ello, dejando claro que cuando se salga de esta situación y existan excedentes se repartan. Pero esto precisa también más transparencia en las empresas, con acceso de los trabajadores a la información, como en Alemania o Austria, y el empresariado también tiene que entender que los tiempos con mucho beneficio y con dos contabilidades se han acabado. El área financiera es clave en las empresas en estos momentos, la liquidez es fundamental. Tener dinero en caja es prioritario para pagar proveedores y trabajadores.
¿Qué medidas propone para salir de esta coyuntura adversa?
Se necesita una estrategia en las empresas para mejorar la estructura productiva y la competitividad. Hace falta tiempo y dinero. Sin márgenes no hay I+D, ni innovación pero hay que intentarlo en cualquier caso.
Hay que elaborar planes de cambio tecnológico y productivo. Es preciso otro plan de apoyo a las pymes como ya se hizo en su día con el 3R. Hay que elaborar un proyecto para facilitar la expansión internacional. Se precisa, asimismo, apoyar la investigación e innovación empresarial con un impulso de medidas para facilitar el emprendizaje de los jóvenes y la creación de nuevas empresas. Y para hacer posible todos estos planes es clave la financiación. Y aquí hay que empezar por admitir que hay que recortar gastos corrientes de los tres niveles de administración del País porque es insostenible. Una vez hecho esto hay que volcarse en el tema fiscal. Es preciso combatir, más y mejor ,el fraude fiscal y hay que cambiar la fiscalidad porque la realidad es que estamos ocho puntos menos en presión fiscal que la media de la Unión Europea. Hechos estos deberes si hay que emitir deuda pública para apoyar proyectos concretos de futuro bien pensados, para favorecer el emprendizaje y la internacionalización, se hace. Y para adoptar decisiones así se precisa liderazgo.
¿Hay que repensar la fiscalidad?
Sí. Los ingresos tributarios totales sobre el PIB en 2009 en la Eurozona eran el 41%, en Euskal Herria, más o menos, el 33%, ocho puntos menos. Si se quiere mantener el Estado de Bienestar hay que pagarlo como ocurre en los países más avanzados de Europa.