Donostia. El titánico esfuerzo de alzar la voz desde la cama del hospital, ya en sus últimos días de vida, con el fin de dar a conocer el tormento que muchos enfermos por cáncer de pulmón por amianto padecen en su lucha porque se les reconozca la contingencia profesional de su afección, ha tenido respuesta, aunque tardía, en el caso de Ángel Robles. Este guipuzcoano falleció el pasado 4 de diciembre a los 64 años de edad y llevaba prejubilado desde 2007 tras 40 años de actividad en la fábrica de Victorio Luzuriaga, actualmente situada en Usurbil.

Según informó ayer el sindicato CCOO-Euskadi, la Seguridad Social de Gipuzkoa, en resolución del 21 de diciembre, ha reconocido tras su fallecimiento la contingencia profesional del cáncer de pulmón que acabó con la vida de Ángel Robles por exposición al amianto y otros cancerígenos.

Robles, en la entrevista publicada por este periódico el 25 de noviembre y realizada desde la cama del Hospital Donostia apenas unos días antes de su fallecimiento, denunció el intento de ocultamiento del origen de su enfermedad, así como la tardanza del diagnóstico.

El trabajador estuvo empleado desde 1966 en Victoria Luzuriaga, en Pasaia, y más tarde pasó a la planta de Usurbil cuando se trasladó la fábrica, realizando trabajos de moldeo, machería y fundición. A lo largo de su carrera estuvo en contacto con amianto y otros cancerígenos, según confirmó un informe de Osalan. Reclamó "justicia" hasta el final y defendió que "si no sabían que el amianto mataba, no puedo culpar a nadie, pero si había una mínima sospecha, a todos".

Según precisó CCOO, hace unos años se le incluyó a Robles en el listado de trabajadores expuestos al amianto para los reconocimientos médicos específicos, pero no le detectaron la enfermedad hasta una fase muy avanzada. La empresa realizó, según esta central, todo tipo de alegaciones ante la Seguridad Social, "negando la exposición al amianto y el origen profesional de la enfermedad". Por esta razón, en agosto de 2011, se le concedió la incapacidad absoluta por enfermedad común debido a la tardanza de meses transcurridos entre la solicitud y la investigación de Osalan.

Para CCOO, esta nueva resoluciones que ahora reconoce el carácter profesional de su cáncer, es "tardía" e impidió que Ángel Robles la recibiera en vida, pero "abre nuevas vías de demandas de la familia contra la empresa". Según Jesús Uzkudun, responsable de Salud Laboral de CCOO, es "escandaloso que no se reconozca el cáncer profesional sin la acción sindical".