madrid. El Producto Interior Bruto (PIB) registró un crecimiento nulo durante el tercer trimestre del ejercicio, según consta en el boletín económico del Banco de España.
El regulador explica que las estimaciones realizadas a partir de la información disponible, "todavía parcial e incompleta", señalan que en el tercer trimestre el PIB habría registrado una tasa de variación intertrimestral nula, situando su tasa interanual en el 0,7%.
"La información disponible para el tercer trimestre apunta a que esta pauta de debilitamiento habría proseguido en los meses centrales del ejercicio, en un entorno marcado por el agravamiento de la crisis de la deuda soberana de la zona del euro", explica la institución que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
De acuerdo con el organismo supervisor, el estancamiento es achacable a la demanda nacional, que cayó el 0,7 % trimestral, lastrada por la contracción de la inversión en construcción y por el intenso descenso del gasto público.
El consumo de los hogares siguió mostrando "cierta atonía", ya que sólo avanzó una décima entre julio y septiembre. Por el contrario, el sector exterior aportó ocho décimas al crecimiento trimestral, dos décimas más que en el trimestre anterior, gracias al empuje de las exportaciones de bienes y de turismo.
No obstante, el Banco de España explica que estas tasas han de tomarse "con más cautela de lo habitual por las diferencias estadísticas que puedan surgir con el cambio de la base de la Contabilidad Nacional".
las previsiones En el segundo trimestre del año, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía española creció un 0,2% en tasa intertrimestral y un 0,7% en interanual. Las previsiones oficiales del Gobierno apuntan un crecimiento para el conjunto del año del 1,3%, aunque la propia ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, reconoció que cada vez es más difícil que se cumpla.
Sin embargo, el boletín destaca que en comparación con el año anterior el consumo privado se ha recuperado significativamente, puesto que hace un año cayó notablemente como consecuencia de la subida del IVA en julio.
El empleo disminuyó más que en el periodo anterior, al caer un 1,8 % en términos interanuales, razón por la que el crecimiento de la productiidad aparente del trabajo continuó siendo alto, en torno al 2,5 %.
Los incrementos salariales se mantuvieron contenidos, con lo que los costes laborales siguieron cayendo en tasa anual.
Respecto a los precios, espera que la inflación siga desacelerándose a medida que desaparezcan los efectos de comparación provocados por el encarecimiento del petróleo del pasado otoño y por la subida del impuesto sobre el tabaco de diciembre de 2010.