BILBAO. La decisión europea de exigir a la banca española una recapitalización adicional de 26.161 millones de euros no es la mejor noticia para el sector. A corto plazo, el resultado será, según el sector, un recorte del crédito en 2012.
Esto afectará especialmente a las refinanciaciones por lo que sectores como el inmobiliario-constructor pueden tener muchos problemas para seguir adelante lo que generaría un notable incremento de la morosidad a recoger en los balances de una banca que tiene vencimientos de deuda, entre el último trimestre de este año y 2012, de cerca de 150.000 millones de euros, según fuentes del sector. En la actualidad, la tasa oficial de morosidad se acerca al 8% o sea que los bancos creen que de los 1,78 billones que tienen prestados, unos 142.000 millones no los podrán cobrar a tiempo. ¿Esto es mucho dinero? Pues calculen, los presupuestos de Euskadi en 2012, la suma de los del Gobierno vasco y del navarro suponen 14.000 millones o sea que la deuda de dudoso cobro de los bancos son diez años de presupuestos vascos.
¿Qué harán las entidades financieras ahora? La opinión mayoritaria es que no tienen más remedio que reducir el crédito para reequilibrar su balance. O lo que es lo mismo, una sequía de liquidez para familias y empresas, -en especial para las pymes, según Juan María Nin, consejero delegado de Caixa Bank-. La banca tiene un objetivo inmediato: lograr mayor equilibrio entre los recursos propios (capital y reservas) y la inversión crediticia (1,78 billones de euros) para que el core capital alcance el 9% sin aumentar la partida de capital y manteniendo el dividendo.