Bilbao. Iberdrola registró un beneficio neto de 2.143 millones de euros durante los nueve primeros meses del año, lo que supone un incremento del 3,5% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, según informó ayer la eléctrica vasca a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. La compañía que preside Ignacio Sánchez Galán destacó que ha logrado este resultado "en un entorno económico de gran complejidad" gracias, en parte, a la estrategia de internacionalización desarrollada en los últimos años y al "buen comportamiento" de los negocios regulado y renovable. Por su parte, el resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó entre enero y septiembre en 5.586 millones de euros, un 0,4% más, pese a las desinversiones llevadas a cabo por la compañía el pasado ejercicio en Connecticut, Estados Unidos, y Guatemala. La eléctrica resalta además que, pese al entorno económico complejo de los nueve primeros meses del año, ha logrado superar por primera vez los 23.000 millones de euros de facturación. En concreto, su cifra de negocio hasta septiembre ascendió a 23.368 millones de euros, con un crecimiento del 1,7% sobre el mismo periodo de 2010. Otro de los aspectos positivos destacados por la eléctrica son su sólida posición de liquidez, que supera los 9.600 millones de euros, y la mejora, hasta estable, en la perspectiva de rating concedida por las agencias de calificación. Iberdrola prevé que tanto el beneficio recurrente como el beneficio bruto de explotación de la compañía registren un crecimiento medio de entre el 5% y el 9% este año y en 2012.

Tecnologías maduras Durante la presentación de resultados, el presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán, destacó que para cumplir los objetivos de política energética será necesario "elegir las tecnologías de generación que sean lo suficientemente maduras como para conseguir una reducción de emisiones que sea efectiva y tenga un coste razonable". El presidente de la compañía considera que habrá que realizar un diseño de marcos regulatorios estables y predecibles que racionalicen en la mayor medida posible el impacto que todas las inversiones necesarias van a tener en los costes del consumidor final. "La evolución regulatoria de los últimos años ha reducido considerablemente la racionalidad del sistema", dijo Galán.

"El español es hoy uno de los sistemas en el que el apoyo a las renovables supone un coste por megavatio/hora más elevado en Europa. Como resultado, cada consumidor español pagó el año pasado unos 250 euros de su bolsillo en concepto de primas al régimen especial", recordó Galán. Iberdrola considera que "la razón para que el sistema español haya creado esta burbuja se encuentra en la implantación masiva de una tecnología no madura, como la solar". Las tecnologías solares, y en particular la fotovoltaica, aportan sólo un 3% de la energía, mientras que suponen un 13% del coste total del sistema, destaca Iberdrola. "Ésta es, pues, la causa principal del déficit", afirmó el presidente de la eléctrica vasca.