BERLÍN. Un mes después de la primera votación en la que se aprobó la ampliación del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEFF), un total de 503 diputados apoyaron la implementación de nuevos instrumentos para optimizar ese fondo, mientras 89 votaron en contra y 4 se abstuvieron.

Merkel recibió, además del respaldo de los partidos de la coalición gubernamental -cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU), así como liberales (FDP)-, el apoyo cerrado de la oposición socialdemócrata (SPD) y verde.

Tan solo el grupo parlamentario de La Izquierda y un reducido grupo de disidentes de las filas gubernamentales votaron en contra del mandato parlamentario para la canciller en una consulta que se vio precedida por un debate.

Al abrir la sesión, la canciller afirmó que "el riesgo derivado de optimizar" el FEEF "es asumible" y "no existe mejor opción" que esa medida.

En una declaración de Gobierno ante el Bundestag poco antes de viajar a Bruselas, Merkel afirmó que "no sería responsable no asumir ese riesgo", el de aprovechar la capacidad de apalancamiento (endeudamiento) del fondo de rescate y optimizar los recursos.

Agregó que ni la aportación germana a este fondo -de 211.000 millones de euros en la actualidad- ni su volumen total -de 440.000 millones de euro- se van a incrementar, pero que se pueden aplicar fórmulas para "aumentar su efecto", excluyendo en todo momento la participación del Banco Central Europeo.

La canciller afirmó además que la medida decisiva que deben acordar los países de la zona euro y la Unión Europea esta tarde en la cumbre de Bruselas es crear "un cortafuegos" para evitar contagios en la crisis y nuevos casos como el de Grecia.

La jefa del Gobierno alemán subrayó que esa medida es una "condición indispensable" para que los acreedores privados participen en el rescate.

Merkel agregó que la solución definitiva pasa por una reducción parcial de la deuda griega -aunque no aportó cifras concretas- y por que Atenas implemente reformas estructurales que mejoren la competitividad de su economía bajo una supervisión permanente de la eurozona.

Pese a conceder su apoyo a la canciller, la oposición socialdemócrata y verde acusó en sus intervenciones al Gobierno de ocultar a los ciudadanos el verdadero alcance de la crisis de la zona del euro y de destruir la confianza de la población.

"Este Gobierno solo ya no tiene fuerza suficiente para hacer lo necesaio", dijo el líder parlamentario del SPD, Frank Walter Steinmeier, quien advirtió a los líderes que hoy se reúnen en Bruselas de que "la operación a corazón abierto debe ser un éxito".

Por su parte, Jürgen Trittin, jefe de Los Verdes en el Bundestag, acusó a la canciller de "ocultar la verdad a la población" y subrayó que "parte de la inseguridad se debe a que el miércoles declara usted lo contrario de lo que consideraba correcto el viernes".