Madrid. La agencia de medición de riesgo Fitch ha rebajado en dos escalones, de AA+ a AA-, la calificación de España para afrontar su deuda a largo plazo por la intensificación de la crisis europea y las dudas sobre el cumplimiento de los objetivos de déficit por los problemas de las comunidades autónomas.

La firma estadounidense mantiene en vigilancia negativa al país y sostiene que la rebaja se debe a que España es "especialmente vulnerable" a los problemas de Europa para resolver la crisis de deuda y ganarse la confianza de los inversores.

Esa vulnerabilidad se explica por su "todavía considerable déficit estructural, el alto nivel de deuda externa neta y la fragilidad de la recuperación económica en un contexto de desapalancamiento".

Fitch calcula que la economía española no crecerá por encima del 2% hasta 2015, aunque a partir de entonces prevé que el crecimiento será mayor que el de la media europea.

La intensificación de la crisis de la eurozona ha sido el motivo por el que Fitch puso a España en perspectiva negativa a principios de marzo y, a partir de entonces, el aumento de la volatilidad ha empeorado las condiciones de financiación del país.

Además, Fitch critica la evolución presupuestaria de algunas comunidades autónomas, ya que supone un "riesgo" para que España cumpla sus objetivos de consolidación fiscal.

Sin embargo, Fitch hace hincapié en que en septiembre ya rebajó la calificación a largo plazo de la deuda de Cataluña, Andalucía, Canarias, Murcia y Comunidad Valenciana y amenazó con hacer lo mismo con otras cinco comunidades autónomas debido al "todavía difícil entorno fiscal y económico y a los riesgos para aplicar las medidas que habían anunciado de recorte de costes".

La agencia estadounidense concluye que "el proceso de reajuste de la economía española está en camino pero no está completo" y costará más debido a las moderadas previsiones de crecimiento.

Datos esperanzadores En el lado positivo, Fitch destaca que España es una economía diversificada y de alto valor añadido y con un Gobierno fuerte que ha respondido con "una política creíble". También destaca que se ha avanzado en la reestructuración del sector bancario y aunque calcula que para cubrir pérdidas adicionales podrían hacer falta 30.000 millones más, piensa que es una cantidad "manejable".

Entre los puntos débiles, Fitch señala que la deuda externa neta es una de las más altas del mundo al suponer el 91% del PIB, lo que le hace sensible a potenciales subidas de interés. Y también ve necesario "más ajustes" a medio plazo para rebajar el déficit por cuenta corriente pese a que ha pasado del 10 % del PIB en 2007 al 4,5% en 2010 y el Gobierno prevé situarlo en el 3,2% en 2011.

Ante estos datos, el Ministerio de Economía mostró su sorpresa al ver que Fitch no tuvo en cuenta "el compromiso de PSOE y PP con la estabilidad presupuestaria plasmado con la reforma de la constitución". El departamento de Elena Salgado afirmó que respeta la decisión de Fitch pero no la comparte.