Bruselas. La Comisión Europea aprobó ayer imponer una tasa a las transacciones financieras en la UE, que generará unos 57.000 millones de euros, pero a cuya introducción se oponen de manera frontal varios países encabezados por el Reino Unido.
El nuevo impuesto, que la CE espera poder introducir en 2014 o incluso antes, sería como mínimo del 0,1% para la compraventa de obligaciones y acciones y del 0,01 % para los derivados, aunque los Estados miembros podrían aplicar tipos más elevados si lo desean.
El presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, anunció la medida ante el pleno del Parlamento Europeo, donde explicó que la contribución de la banca a la resolución de la crisis es una cuestión de "justicia", sobre todo cuando el sector ha recibido ayudas y garantías de los contribuyentes por valor de 4,6 billones de euros en los últimos tres años.
Bruselas propone que la medida se aplique a todas las transacciones de instrumentos financieros entre entidades cuando al menos una de ellas esté establecida en la UE y con independencia de si se realizan en mercados organizados o extrabursátiles.
Quedarían exentos del pago del impuesto todas las transacciones en las que intervengan clientes particulares o pymes, así como las operaciones de cambio de divisa al contado y la obtención de capital por empresas o por organismos públicos mediante la emisión de obligaciones y acciones en el mercado primario.
Reino Unido ha expresado en reiteradas ocasiones su rechazo a la medida porque considera que perjudicaría a sus bancos y ayer mismo, fuentes gubernamentales indicaron que Londres sólo aceptaría aplicar esta tasa si se impone a "nivel global", algo que parece bastante improbable por el rechazo que genera la idea en EEUU.
El Ejecutivo de la UE recuerda además que los ingresos que genere este impuesto irían a parar a las arcas nacionales y comunitaria, por lo que además de constituir una forma de financiación directa para los presupuestos de los países, rebajaría la contribución de los socios al presupuesto de la Unión.
En cuanto a la posibilidad de que los bancos trasladen el coste adicional de ese impuesto a sus clientes, el comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas Semeta, confió en que la elevada competencia del sector financiero europeo, donde operan 8.800 entidades, lo impida, si bien fuentes comunitarias aclararon que Bruselas no puede hacer nada si eso ocurriese.
prohibición de posiciones cortas En otro orden de cosas, pero inmersas en el marco de medidas contra la crisis, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) acordó ayer prorrogar transitoriamente la prohibición cautelar de constituir o incrementar posiciones cortas sobre acciones españolas del sector financiero "hasta que las condiciones de los mercados permitan su levantamiento", informó el supervisor bursátil. Al igual que la CNMV, los reguladores de Francia e Italia también decidieron extender la prohibición cautelar en sus territorios.