Atenas. El ministro de Finanzas de Grecia, Evangelos Venizelos, anunció ayer un nuevo impuesto para todos los dueños de cualquier tipo de propiedad inmobiliaria, con el que ejecutivo heleno busca recaudar unos 2.000 millones de euros de aquí a finales de año. El consejo de ministros extraordinario celebrado ayer, que se prolongó durante cuatro horas, "decidió hacer frente a una situación especialmente crucial en Europa y en el mercado mundial, y hay que hacer un esfuerzo nacional", justificó el propio Venizelos ante la prensa tras la cita, celebrada en la ciudad norteña de Salónica.

La nueva tasa no sólo se cobrará este ejercicio, también en 2012. "La única medida que se puede implementar de inmediato es un impuesto adicional extraordinario sobre la propiedad inmobiliaria por dos años", informó el ministro de economía. De media, se cobrará unos 4 euros por metro cuadrado, como mínimo 50 céntimos en las zonas más pobres y como máximo 10 euros en las áreas más adineradas del país.

Pero el nuevo impuesto sobre propiedades no es la única medida aprobada por el Ejecutivo heleno que busca desesperadamente efectivo para hacer frente a sus compromisos de pago y poder así seguir recibiendo la ayuda de la UE y del FMI. El turno les toca a los políticos y altos funcionarios, que renunciarán a una paga mensual de sus salarios.

Desaceleración Venizelos reconoció que la recesión que sufre Grecia es superior a la prevista, con una contracción del 5% del Producto Interior Bruto (PIB), frente a las previsiones que hablaban del 3,8%. "Si Grecia quiere sacar la cabeza del agua -agregó- debe asumir decisiones inmediatas para cumplir las metas de déficit para 2011 y 2012". Y es que de eso depende, en primer lugar, que reciban los 8.000 millones pendientes del tercer tramo del primer rescate y, sobre todo, la concesión del segundo, pactado por los socios de la zona euro el pasado 21 de julio.

Para apuntalar el compromiso griego, el propio primer ministro heleno, el socialista Yorgos Papandréu, ya dijo el sábado que Atenas cumplirá al pie de la letra las reformas estructurales y un programa de privatizaciones para recaudar unos 78.000 millones de euros hasta 2015. "Hemos decidido luchar en la batalla por evitar el desastre para el país y su pueblo, y permanecer en el euro", declaró enérgico Papandreu. "Cualquier retraso o titubeo es peligroso para la nación", apostilló. A cambio los socios europeos, junto con el Fondo Monetario Internacional, otorgarán a Grecia 160.000 millones de euros, de los cuales 49.000 millones provendrán de los bancos acreedores.

Presiones La prensa dominical griega informaba ayer de grandes presiones por parte de los acreedores extranjeros para que el país heleno cubra el agujero presupuestario de 1.700 millones del año en curso, después de que se constatara que la contracción económica en el segundo trimestre es, con un 7,3%, mucho mayor de lo inicialmente estimado.

El periódico digital euro2day incluso hacía referencia a la posibilidad de que se entregue sólo en parte el sexto tramo de 8.000 millones de euros que corresponden al primer paquete de ayuda, a la espera de que Grecia cumpla específicamente con todos los recortes en los gastos estatales y privatizaciones anunciados.