GASTEIZ. Según han recordado fuentes del Ejecutivo de Gasteiz, a resolución de este caso, al afectar a varias factorías repartidas por todo el Estado, corresponde a la Dirección General de Trabajo, dependiente del Ministerio de Trabajo e Inmigración.
No obstante, el Departamento vasco de Empleo ha realizado varias consideraciones respecto a la planta de ABB en Galindo. Así, en cuanto al plan de reestructuración presentado por la empresa para esta fábrica, entiende que resulta "incompleto", puesto que "existe una falta de información y de concreción" respecto a la nueva actividad del centro Regional de Servicios (CRS) que prevé crear, su cuenta de resultados previsional y las necesidades de la plantilla.
Asimismo, considera que la empresa "no entra a valorar otras medidas alternativas y opta por la más traumática". Entre esas alternativas figuraría, según el Gobierno vasco, una regulación de empleo en sus modalidades de suspensión o de reducción de jornada "que podrían ser adoptadas hasta la implantación efectiva de los nuevos centros, pudiendo la empresa continuar con la fabricación de transformadores en la planta de Galindo, compatibilizándolo con los nuevos proyectos hasta que éstos fuesen una realidad o con mayores garantías de las que actualmente ofrecen, teniendo en cuenta que la plantilla de ABB Galindo es joven y de gran cualificación".
En tercer lugar, el informe subraya que "tampoco parece haberse previsto la posibilidad de sondear nuevos mercados internacionales que pudieran dar continuidad a los pedidos" a pesar, según explica, "de haber tenido ya clientes en áreas geográficas que se escapan del radio de acción del centro de Galindo y que demuestran la flexibilidad y capacidad de producción y adaptación de la planta vizcaina".
Finalmente, el Departamento vasco de Empleo entiende que este ERE "no se presenta por causas económicas y se justifica la disminución de pedidos de transformadores, no obstante, la valoración de las causas debería hacerse también teniendo en cuenta los resultados obtenidos por la empresa en sus últimos ejercicios".
Por todo ello, considera que "ni la situación de la empresa ni la situación del grupo al que pertenece sean tan críticas como para adoptar una medida de extinción".