MADRID. La subida de la luz en 9,8% a partir del 1 de enero es motivo de preocupación para el conjunto de los consumidores, pero el ministro de Industria, Miguel Sebastián, intentó ayer minimizar su impacto asegurando que sólo supondrá un gasto mensual adicional de "poco más que el precio de un café".

Se tomen o no esa taza de café los ciudadanos, lo cierto es que el nuevo año llega, como siempre, acompañado de subidas generalizadas en el transporte o la alimentación. Incrementos superiores al IPC y a la mayoría de las mejoras, para el que las tenga, salariales. Había relativa expectación en torno a las explicaciones de Sebastián y salió ayer de las sombras con el objetivo era convencer a la opinión pública de que el asunto no será tan gravoso para las familias. Se centró en las matemáticas para ilustrar esa teoría. Según los cálculos del Ministerio, la subida será de 3,5 euros al mes. Esa cantidad dividida entre dos -la mayoría de los hogares tienen más de un miembro- supone que el incremento mensual rondará los 1,7 euros, poco más que un café, aseguró Sebastián.

El problema es que las medias de consumo se ajustan relativamente a la realidad y las de consumo eléctrico todavía más. La luz se consume tanto en pisos de 40 metros como en los de 200 o en las casas unifamiliares. Tampoco es lo mismo el consumo de un hogar con calefacción eléctrica que de otro con gas natural. De hecho, Facua ha hecho sus propios cálculos del impacto de la subida con los consumos de más de 25.200 hogares. Según indicó, la factura se encarecerá en 6,77 euros cada mes, más de 80 euros al año, el doble de la cifra que maneja el Gobierno. Pese a desdeñar la subida de enero, el ministro dijo que el Gobierno no ha tendido más remedio que encarecer la luz "por necesidad y responsabilidad" al tiempo que trabaja para no tener que aplicar ningún aumento más en 2011. No está en sus manos, aclaró, todo dependerá de los mercados energéticos internacionales.