Vitoria. Saunier Duval ya es historia. La compañía alavesa, dedicada entre otros a la fabricación de bombas de calor desde 1997, cerrará hoy definitivamente sus puertas tras el despido masivo y pactado de 67 trabajadores que esta mañana visitarán por última vez las instalaciones de Jundiz para cobrar sus finiquitos. Salvo una actividad de I+D residual, la producción de esta compañía echa la persiana, uniéndose casualmente también hoy este adiós al de otras empresas históricas en Álava como el fabricante de muebles Kemen o el de bicicletas Bialsa, antigua BH, víctimas de una caída brutal de las ventas y una deslocalización empresarial en ambos casos palmaria.
La plantilla de Saunier Duval, sin embargo, volvió ayer a movilizarse por última vez antes de su cierre. Y lo hizo en el Ayuntamiento donde esta esta vez no hubo ni pancartas ni comunicados. Sólo el compromiso del alcalde, Patxi Lazcoz, de ayudar a parte de los despedidos a recibir la orientación laboral necesaria para tratar de recolocarse en el mercado laboral. "Fue un compromiso que aceptó con nosotros cuando nos reunimos con él hace unos meses. Y ha cumplido. Hay mucha gente entre los despedidos que ya tiene una cierta edad y no es fácil que ahora se reciclen como si nada. Cuando han pasado muchos años de su vida en la misma empresa resulta complicado dar el salto a otro sitio.", sostiene José Manuel Rico, de ELA.
más despidos Otra parte de los despedidos de Saunier se habría acogido al plan de recolocación propuesto en su día por la empresa MOA, contratada por la dirección de Saunier, aunque este periódico no ha podido cuantificar el número. Hay que recordar que tras casi seis meses de lucha sindical, los 67 despedidos recibirán una indemnización de 55 días por año trabajado y un mínimo de 20.000 euros.
Este despido colectivo no es el único que ha tenido lugar en el tejido empresarial alavés en los últimos meses. A los 116 anteriormente citados de Kemen o los 37 de Bialsa habría que añadir los 49 despidos en Thayser, una empresa asentada en Agurain, los 26 abandonados en Yosu Thermic -la mayoría ha denunciado ya al propietario ante el juzgado de lo mercantil- o los 119 que se ciernen de manera irrevocable sobre Ceplastik, la primera compañía que se instaló en Jundiz.