madrid. La titular de economía y vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, consideró ayer que tanto la convocatoria de elecciones en Irlanda, como las presiones de Alemania para que los bancos privados participen también en las operaciones de rescate en la eurozona, explicarían las "turbulencias" a las que actualmente está sometida la deuda soberana española que ayer llegó a los 311 puntos de diferencia respecto al bono germano, aunque finalmente se relajó y cayó hasta los 290 puntos.
Para Salgado, la crisis política en Irlanda "no ha sido desde luego ninguna buena noticia a efectos de la presión sobre la deuda de algunos países europeos", y la propuesta de la canciller alemana tampoco contribuyó a apaciguar a los tiburones. Las alusiones de Salgado a Alemania fueron indirectas, pero sí se felicitó de que el Ecofin "clarificará" las intenciones de Merkel para limitar la participación del sector privado en las operaciones de rescate "sólo en casos muy excepcionales". En su opinión, como mejor fórmula para calmar a los mercados "hay que fortalecer el discurso europeo" y "evitar declaraciones extemporáneas".
En la sesión de control del Senado, Salgado recordó que la presión de los mercados no afecta sólo al mercado de la deuda española, y también la están sufriendo Irlanda, Grecia Portugal, Italia y en menor medida Bélgica, por lo que "el 40% del PIB de la zona del euro está sufriendo ataques especulativos". La ministra de Economía, en su respuesta al senador de CiU Jordi Vilajoana, reconoció "la gravedad de la situación presente" y la "fuerte tensión", si bien insistió en que la deuda pública que España acumula sigue estando "veinte puntos por debajo de la media de la de los países de la UE". Además, añadió que el coste global de la deuda está en el 3,60%, en "mínimos históricos" y sigue habiendo cobertura suficiente en cada una de las emisiones.
La vicepresidenta segunda subrayó que ante la actual situación es necesaria la coordinación de todas las instituciones europeas ante esta situación, porque "es un ataque al euro, no a España". Por eso insistió en la necesidad de actuar con transparencia y, en el caso de España, en la "determinación" de cumplir con lo comprometido, con la reducción del déficit.