vitoria. El mundo al revés. O rebelión a bordo, como se prefiera. La lucha sindical hace tiempo que dejó de ser lo que era. Proclamas históricas como "obrero despedido..." forman parte ya del pasado. Los trabajadores hoy, en lugar de batallar contra la dirección de la empresa en busca de mejoras laborales y económicas, se enzarzan contra sus propios representantes sindicales, a los que acusan de anteponer sus obstinaciones personales con la empresa a los intereses de los trabajadores. Y resulta lo llamativo. Los denuncian ante la delegación de Trabajo para revocarles de sus respectivos puestos.
Esta rocambolesca situación, que en los últimos dos años se ha llevado por delante más de un centenar de comités en el Estado, se acaba de producir en la compañía alavesa Trelleborg Izarra. La mayoría de sus 207 trabajadores pidió ayer la dimisión o revocación del comité de empresa al considerar que éste no defiende sus intereses y no negocia adecuadamente con la dirección un nuevo convenio colectivo. Representantes de los 112 empleados que votaron a favor de una renovación del comité iniciaron ayer ante ante la Delegación Territorial de Trabajo los trámites necesarios para la destitución de sus integrantes. El comité de esta compañía de Izarra, dedicada a la fabricación de productos de caucho, está integrado por dos miembros de UGT, dos de CCOO, dos de ELA, uno LAB y un independiente. Tras meses de desencuentros entre la mayoría de los trabajadores y el comité, el pasado miércoles un grupo de empleados promovió una asamblea a la que acudieron 121 personas, de las que 112 votaron a favor de la revocación de sus representantes laborales. "Llevamos cuatro años sin conseguir que se firme un convenio porque el comité sólo pone impedimentos para que no haya acuerdos. Ponen pegas a todo", lamentó ayer un portavoz de este grupo.
ruedas pinchadas y pintadas Este trabajador asegura que incluso miembros del comité han amenazado a compañeros suyos, pinchado las ruedas de sus coches y realizando pintadas y llamadas telefónicas para intimidar a quienes no eran partidarios de secundar la huelga de 15 días que el comité convocó el pasado verano. Este empleado recordó que el pasado día 16 de octubre varios miembros del comité convocaron tres jornadas de huelga para los días 28 de octubre, 3 y 10 de noviembre, y la primera de ellas sólo fue secundada por un 29% de la plantilla. "Nos están llevando a la ruina", indicó a Efe otra trabajadora de esta empresa, quien aunque también mantiene una postura crítica con la dirección de la compañía, atribuye la falta de acuerdo para la firma de un convenio a la postura del comité, que "no tiene en cuenta la opinión" de los trabajadores a los que representa.
Huelga en Gamarra S.A. Por otro lado, trabajadores de la empresa Gamarra de Vitoria, dedicada a la fabricación de aceros al carbono y de baja aleación, han convocado varias jornadas de huelga para exigir un convenio colectivo "digno" y denunciar la propuesta salarial que ha puesto encima la dirección. El comité de empresa de anunció ayer en un comunicado que los paros se llevarán a cabo todos los martes y jueves de noviembre. Según explicó, la empresa ha planteado un convenio con una duración de tres años, que supondría la congelación salarial para el primero de los ejercicios y una subida del 75% del IPC para los dos restantes. La representación de los trabajadores consideró ayer "inaceptable" esta oferta y advirtió de que la plantilla no descarta tomar otro tipo de medidas "más contundentes" para lograr un convenio "justo y digno".