vitoria. Al catedrático de Economía Javier Forcada le encomendó hace ahora un año el lehendakari la tarea de dirigir el Eustat, una poderosa herramienta para radiografiar al detalle la realidad vasca, y cuyos resultados han sido recientemente cuestionados. Forcada apenas pierde un minuto en dar explicaciones. "Nuestra autonomía está garantizada", sentencia en esta entrevista. Mientras celebra el primer Día Mundial de la Estadística, acaba de impulsar en el Parlamento la nueva Ley de Estadística, que recoge el conjunto de encuestas que se elaborarán hasta finales de 2012.

¿Para qué sirve su trabajo?

Entre otras cosas, para proporcionar a los gobiernos, empresas, investigadores y a la sociedad en general de información estadística de alta calidad, fiable e imparcial para aplicarla después a la política, los estudios o las investigaciones.

Póngame un ejemplo...

Las encuestas de innovación. Están aportando información detallada de cuánto, dónde, quiénes y cómo se está invirtiendo en I+D en Euskadi. Una política que intente implicar a más agentes o reorientar sus recursos, sin ese tipo de información, es complicado que saldría bien. La estadística nos permite no sólo tomar la decisión sino también evaluarla, conocer si el abono llega a las plantas o no.

Convendrá en que tener acceso al control de los resultados derivados de sus estudios es una opción muy jugosa...

Eustat mantiene una serie de principios como son la independencia, la imparcialidad, la objetividad y la confidencialidad que son dogma casi de fe. Y se deben respetar porque de ello dependerá luego la credibilidad de la información que elaboramos. Por esta razón es muy difícil que se nos escapen interpretaciones.

De modo que radiografían la realidad en Euskadi desde los ámbitos que se precisen, pero no la juzgan.

Nosotros no evaluamos si una política que se ha desarrollado en base a informaciones nuestras está bien o mal orientada. Nosotros no entraremos nunca en esto. Somos absolutamente imparciales.

¿Lo puede garantizar?

Nos enorgullecemos y garantizamos nuestro nivel de independencia. A nosotros ningún organismo público ni ningún poder privado nos dice cómo tenemos que hacer las cosas. Sí a decir, igual, qué cosas tenemos que hacer, pero no cómo y menos con los resultados que quieran.

Ese tipo de encuestas que llevan a cabo para medir el censo, las exportaciones o la producción industrial, ¿las decide únicamente el Eustat?

No, digamos que hay más encuestadores en Euskadi. Están los órganos estadísticos de los departamentos del Gobierno, las diputaciones y los ayuntamientos y además existen dos órganos consultivos, el consejo estadístico, donde nos juntamos todos los productores, y el Consejo Vasco de Estadística (CVE), que acoge a estos últimos y también al Parlamento, las organizaciones empresariales, los sindicatos, la universidad y expertos en esta materia. Eustat es el núcleo que coordina a todos.

El pasado 21 de marzo, sin ir más lejos, se presentó en el Parlamento el plan del CVE con las acciones que se van a llevar a cabo entre 2010 y 2012. ¿De qué estamos hablando?

La Ley de Estadística que se aprobó el jueves plantea la realización de 225 operaciones en tres años, de las que 45 serán nuevas. Este año toca actualizar el censo de la CAV, que se realiza cada diez años y tiene un gran coste, y también haremos otro censo de edificios y locales.

Cualquiera de los dos ya están recogidos en el INE (Instituto Nacional de Estadística). ¿Tiene sentido duplicar el trabajo en un contexto de reajuste público como el actual?

Hay operaciones que se hacen de forma conjunta con el INE pero nuestra razón de ser en Euskadi nos permite ofrecer una información más detallada y estar más cerca de los suministradores como de los usuarios. Estamos más pegados al terreno y eso se nota.

De las encuestas nuevas que proyectan, ¿cuáles destacaría?

Una estará relacionada con las prestaciones del sistema para la autonomía y atención a la dependencia; otra nos dará pistas sobre los indicadores de alta tecnología, la investigación en biotecnología, la financiación pública de I+D, la propiedad intelectual... Y también elaboraremos otras como la conciliación de la vida familiar y laboral, un ámbito del que Euskadi no tiene una radiografía detallada.

¿Cómo evita las injerencias políticas o privadas, si es que las hay, a la hora de enfocar unos resultados?

Con independencia. Siempre ha sido así. La incidencia que pueda haber de todos modos es casi mínima, al margen de que creo que tienen la delicadeza de respetar nuestra independencia. Pero por si esto no fuera suficiente, tenemos los canales bien estructurados para que las necesidades de información que demande la sociedad se puedan satisfacer dentro del Plan Vasco de Estadística.

Una sola crítica puede tumbar su prestigio de un plumazo...

Insisto. La independencia del Eustat está garantizada y su estructura está pensada para que no haya injerencias, y aunque quisiese haberlas, la propia organización está muy bien blindada para que no pase eso. Nuestra razón de ser está en la objetividad y la credibilidad de la información que damos, por eso si se accediese a romper ese principio de imparcialidad sería un suicidio; estaríamos matándonos.

¿Usted cree que los diferentes agentes son conscientes de ello?

Yo creo que sí. No notamos ninguna presión externa para que tengamos que romper nuestro blindaje.

Al elaborar una encuesta reciben la información bien de la base (ciudadanos, empresas...) o de los cada vez más numerosos registros administrativos. ¿No cree que depender de terceros es peligroso en cuanto a la calidad de sus mensajes?

Sí y no. Una empresa, por ejemplo, nos puede mentir, claro, pero no tiene mucho sentido porque luego lo vamos a descubrir a través del Registro Mercantil, donde es obligatorio depositar las cuentas anuales de la empresa. Y nosotros las tenemos.

¿Por qué del éxito de los registros administrativos?

Por dos cuestiones. Molestamos menos a los agentes sociales o económicos, y reducimos el coste de las encuestas, que son muy caras.

¿Los posibles errores del Eustat, por tanto, se podrían atribuir a que los datos no son 100% precisos?

Podría ser. Si un dato que nos da un usuario no es definitivamente certero no significa que haya intentado mentir, sino que puede darse el caso de que en ese momento dado es ése el dato que está manejando.

¿Entonces por qué los publican si son conscientes de que no pueden ser objetivos?

Porque los agentes que tienen que tomar decisiones en este país necesitan datos orientativos para elaborar sus programas, aunque estos no sean 100% precisos.

¿Volverá el Gobierno a revisar las previsiones del PIB vasco para este año como anunció el miércoles?

Eustat no hace prospectiva ni realiza avances, para eso está el departamento de Hacienda y Economía, donde a partir de un montón de indicadores elabora sus proyecciones y toman las decisiones.

Ese mismo día (21-10-2010) se celebró el Día Mundial de la Estadística. ¿Con qué fin?

Para conocer cuáles son las ventajas y los beneficios de lo que aportamos; los logros en el desarrollo de las sociedades a partir de unos sistemas de decisión basados en informaciones rigurosas en lugar del arbitrio y el capricho de un decisor público.

¿Qué sería de una sociedad sin la estadística?

Hoy por hoy no la concibo.

¿Cuál ha sido su mayor logro?

Ha contribuido a paliar determinadas carencias, pero sobre todo a evidenciar la justicia social. A veces las desigualdades no se ven si no se miden.

¿Y cuáles son los retos del Eustat?

Dos: la inmediatez y la calidad de la información. Nuestras sociedades son cada vez más dinámicas en parte porque la información fluye también de forma mucho más ágil y esto permite que todos los agentes que intervienen en la sociedad disponen de más información. Y el segundo reto es que la información tiene que ser de alta calidad.