bruselas. Decenas de miles personas se manifestaron ayer en Bruselas en contra de las medidas de austeridad aplicadas en la Unión Europea (UE), al mismo tiempo que en España se celebraba una huelga general y que la Comisión Europea (CE) proponía un paquete legislativo para mejorar la vigilancia económica de los Veintisiete.
En un ambiente colorido y festivo, los manifestantes venidos de numerosos países europeos recorrieron las calles de la capital belga hasta llegar a los aledaños de la sede del Ejecutivo comunitario, al que reclamaron más medidas de apoyo a la creación de empleo en lugar de planes de recorte del gasto público.
La marcha fue el acto principal del Día de Acción Europeo, tal y como lo bautizaron sus organizadores, la Confederación Europea de Sindicatos (CES), una jornada en la que hubo protestas sindicales "desde Serbia hasta España", según dijo el secretario general de dicho organismo, John Monks.
Bajo el lema No a la austeridad. Prioridad al empleo y al crecimiento, los sindicatos europeos congregaron a unas 56.000 personas, según estimaciones de la policía de Bruselas, aunque la CES afirmó que el número alcanzó los 100.000.
"gran éxito" En un comunicado, Monks calificó la "euro-manifestación" de "gran éxito para los trabajadores europeos", y confió en que ésta sirva como "señal clara para que los dirigentes europeos dejen de escuchar solamente a los mercados". "No podéis seguir ignorando la cólera y la inquietud de los trabajadores", dijo el secretario general de la CES a los líderes europeos.
Al tiempo que la cabeza de la manifestación llegó al Parque del Cincuentenario, próximo a la sede de la Comisión, el Ejecutivo comunitario presentó un paquete legislativo para ampliar la vigilancia sobre las políticas fiscales, macroeconómicas y las reformas estructurales de los estados miembros.
El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, expresó su "absoluto convencimiento" de que las propuestas económicas de la Comisión "son las mejores para la defensa de los intereses de los trabajadores europeos", al presentar dicho conjunto de medidas. Monks, por su parte, calificó de "locura" los planes de la CE y mostró su apoyo a la huelga general celebrada en España, ya que a su juicio, este país ha aplicado "las peores medidas de austeridad de toda la UE después de las de Grecia".
Los sindicatos "son conscientes de que los gobiernos tienen déficits importantes", pero piden a los países "calma", "que no caigan en el pánico".
El grueso de la euro-manifestación estuvo conformado por trabajadores belgas, pero también se pudieron distinguir banderas y distintivos de medio centenar de organizaciones sindicales de 30 países europeos, entre ellas españolas.