BILBAO. En la segunda jornada de huelga general que afronta Euskadi en contra de la reforma laboral -la primera se desarrolló el 29 de junio convocada por los sindicatos vascos y también por CC.OO.-, los convocantes han considerado positiva la respuesta, destacando la obtenida en Araba y en la industria, mientras que para la patronal vasca Confebask la incidencia ha sido testimonial.
Según datos del Gobierno vasco, el único sector en el que la huelga general se ha acercado al 10% de seguimiento ha sido en el metal, mientras que en las empresas el resultado ha sido variado, entre el 3 y el 60 por ciento, dependiendo de la representación sindical en cada una.
En el sector público, el seguimiento ha sido de un 6% en la Administración de Justicia, de un 3% en la Administración general del Gobierno vasco y de un 1,2% en Osakidetza. En educación, se ha cifrado en un 2% en la pública y en menos del 1% en la privada.
En el comercio, construcción, servicios, puerto de Bilbao y autopistas se ha trabajado con normalidad, según la misma fuente.
A mediodía, miles de trabajadores se han manifestado en las capitales vascas en demanda de rectificación de sus políticas económicas y laborales al Gobierno de Rodríguez Zapatero.
En Euskadi, también han llamado a la huelga general sindicatos minoritarios como ESK, LSB-USO, CGT y CNT.
UGT y CCOO han valorado que "decenas de miles de trabajadores vascos" hayan secundado la convocatoria. Según sus datos, la incidencia de la huelga ha superado el 40% en la industria y más del 50% en los transportes pese a los servicios mínimos establecidos por el Gobierno vasco, que consideran "abusivos".
Por territorios, los convocantes han destacado la respuesta en Araba, donde, según CC.OO., se ha parado en el polígono de Júndiz, en el de Lantarón y en empresas como Sidenor y Mercedes, mientras que en las obras de construcción del territorio la incidencia ha sido del 60%.
En Bizkaia, los convocantes también han considerado muy alto el seguimiento en Ezkerraldea. Según sus datos, se ha parado en el polígono El Campillo y en empresas como Nervacero, Astilleros Zamacona, ABB, o Alstom, mientras que en la ACB y La Naval la incidencia es del 50%.
En Gipuzkoa, el seguimiento ha sido más desigual, con una incidencia del 20-25%, según CC.OO..
En la enseñanza, los convocantes han considerado mayoritario el seguimiento en la universidad pública y del 35% en la primaria y la secundaria. Asimismo, lo han cifrado en un 30% entre el personal de la Administración General del Estado y un 10% en la administración autonómica y local.
El análisis de los convocantes contrasta con el realizado por la patronal vasca Confebask, que ha afirmado que la huelga ha sido "meramente testimonial" al tener "prácticamente nula incidencia en la actividad empresarial, comercial y ciudadana".
Según sus datos, en Araba el seguimiento de la huelga ha sido del 3,91%, en Bizkaia "no ha llegado al 3%" y en Gipuzkoa "apenas supera el 1%".
Durante la jornada, compañías de transporte han prestado un servicio en un porcentaje superior al 30% en que el Gobierno vasco había establecido los servicios mínimos en el sector, según han informado las empresas.
Durante la mañana, han circulado el 87% de los trenes, autobuses y tranvías de EuskoTren y EuskoTran. Metro Bilbao ha prestado el 60% de su servicio habitual, mientras que el servicio de autobuses urbanos de Bilbao ha funcionado al 75%, según fuentes empresariales.
Los convocantes ya contaban con que la respuesta al llamamiento en Euskadi iba a estar condicionada por la no convocatoria de los sindicatos abertzales, según ha señalado el secretario de CC.OO. de Euskadi, Unai Sordo, quien se ha manifestado en Bilbao junto con su homólogo en UGT de Euskadi, Dámaso Casado.
Para Sordo, hoy "el sindicalismo abertzale se ha quedado en un fuera de juego de diez metros" con la no convocatoria de la huelga de hoy, de la que ha dicho que ha tenido un "éxito apoteósico" en el ámbito estatal.
Dámaso Casado ha advertido de que los sindicatos están dispuestos a "seguir peleando" si el Gobierno no rectifica su políticas y ha acusado al PNV de apoyar "todos los recortes sociales y laborales" del Gobierno socialista.
La jornada ha transcurrido sin incidentes destacados, sólo con algunos miembros de piquetes identificados.