ATENAS. Esos son, en síntesis, los resultados presentados hoy en Atenas del informe del equipo de inspectores de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), sobre los avances de Grecia en su plan de ajuste fiscal para salir de la recesión.

Los delegados de las tres instituciones evaluaron sobre el terreno, en una misión entre el 26 de julio y el 5 de agosto, los efectos en la economía helena de los primeros pasos en la aplicación del plan de austeridad de Atenas, y calificaron dichos esfuerzos como "un inicio convincente".

"Nuestro jefes quedarán satisfechos", dijo el experto de la CE Servaas Deroose en rueda de prensa, en la que, junto a Paul Thomsen (del FMI) y Klaus Masuch (del BCE), presentaron sus conclusiones un día después de lo previsto, tras prolongarse ayer más de lo pensado la reunión final con miembros del Gobierno griego.

Los inspectores alabaron la firmeza con la que el Ejecutivo ha puesto en práctica la primera fase de las reformas exigidas para recibir el paquete de ayuda trianual, por un total de 110.000 millones de euros, de sus socios de la zona euro y del FMI, otorgado para evitar la bancarrota del país.

Por ello, dijeron que está "garantizado" el segundo tramo de la ayuda, por 9.000 millones de euros, a desembolsarse el próximo 13 de septiembre, después de haber recibido en mayo el primer tramo, de 10.500 millones de euros.

Pero al mismo tiempo alertaron de riesgos y abogaron por una aceleración del plan de reformas a partir de septiembre.

Especialmente destacaron la necesidad de tomar más medidas para limitar los gastos públicos, de privatizar los sectores de la energía y ferrocarriles, y liberar las profesiones de acceso limitado.

Insistieron asimismo en que aún debe haber más recortes en sueldos y pensiones para reformar la Seguridad Social, una mayor eficacia en el combate contra la evasión fiscal, y una limitación de los gastos de hospitales y municipios.

En cuanto al sector privado, los expertos estimaron que de momento no es necesaria la aplicación de recortes de sueldos, algo que en el futuro dependerá "de la competitividad de la economía griega".

Señalaron que el aumento de la inflación mayor del previsto (del 1,5% previsto al 4,75%), en parte debido al aumento del IVA y la subida de los precios en el mercado, requiere un cambio de los objetivos futuros en la planificación de las medidas adoptadas.