Bilbao. El secretario general de ELA denuncia el ostracismo al que son sometidas sus alternativas y planteamientos por determinados medios de comunicación, "también públicos, como EITB" en un intento de ocultar la realidad. "Eso es grave, considera, porque la realidad existe y los contenidos de la reforma exigen explicar, convencer y movilizar". En esa tesitura, asegura, "no nos han dejado otra opción".

Usted comentaba hace dos semanas que tenían muy poco tiempo para movilizar a la gente ante la huelga general de mañana. ¿Van a llegar a tiempo?

Sí, pero a costa de un inmenso trabajo de la militancia de las organizaciones que hemos convocado la huelga general. Estamos trabajando contra el reloj porque han dilatado el proceso de pseudonegociación, que es el que se ha dado en Madrid, hasta las puertas del verano para imposibilitar una movilización convenientemente organizada. Pero la gente a la que representamos sabe lo que está en juego y la huelga va a salir muy bien.

¿Tendrá efecto?

Las huelgas siempre tienen efectos. Quienes toman decisiones a escondidas, las élites que deciden, tienen mucho respeto a la movilización social porque no la controlan. Nuestra obligación es que esa huelga general salga bien.

¿Ve ganas? ¿Miedo? ¿Apatía?

Quienes ordenan qué es lo que hay que hacer, que saben que hay una política hegemónica de derechas muy clara, intentan instrumentalizar el shock del desempleo para llevar adelante sus medidas con disciplina, bajo la premisa de que aquí no se mueve nadie. Y esta es una huelga que convocamos en legítima defensa contra los ataques a los derechos sociales y laborales. Ahí tenemos el ejemplo de Saunier Duval (ELA ha denunciado también casos similares en Prado, SMA y Troquenor) que demuestra que esta reforma se lleva a cabo para abaratar el coste del despido.

¿Ha dicho legítima defensa?

Sí. Las huelgas generales, que siempre han sido combatidas por el poder político, dan oxígeno a las luchas cotidianas, y hay muchas luchas cotidianas que alimentar. Una cuadrilla de expertos en nómina del poder político y económico se está poniendo las botas porque tiene audiencia para decir barbaridades. Pero sobre todo para incluso intentar quitarnos el derecho a defendernos. Y no hay cuellos blancos, buzos, batas o corbatas. Cuando toca, toca a todo el mundo.

ELA defiende que la huelga hay que hacerla cuando llegan los ataques pero es presumible que tras el verano se acreciente la conflictividad con las pensiones y la negociación colectiva. ¿Y entonces qué? ¿Otra movilización general?

Quienes hicimos la huelga general el 21 de mayo del año pasado ganamos credibilidad frente a la clase política, frente a gobiernos y frente a CCOO y UGT. Dijimos que si no se cambiaban determinadas políticas iban a llegar los ajustes y así ha sido. Aquella huelga trataba de concienciar a la sociedad porque ya aparecían elementos de chantaje en la negociación colectiva. Ahora tenemos una reforma durísima y ya está explicitado por dónde quieren orientar la reforma de pensiones. Es una clara apuesta por la recesión. Hay que hacerla ahora.

¿No es pedir demasiado a unos trabajadores que ya están "tocados"?

Es la historia del movimiento obrero. Muchos de los derechos de hoy los tenemos porque otros han peleado antes. Los resultados son consecuencia de un pulso y renunciar al pulso es dar el partido por perdido antes de empezar. Hoy estamos en fase de resistencia porque así toca, porque la clase política gobernante ha renunciado a plantear cualquier elemento de equilibrio.

¿Qué tiene que decir ELA a quienes ya han escrito el fracaso de la huelga antes de que se celebre, bajo el argumento de que la capacidad de movilización es escasa a la vista de convocatorias anteriores?

Hay mucho plumilla de encargo, gente que se pone las botas arremetiendo contra el movimiento sindical y eximiendo de crítica a los que mandan. Y la explicación de nuestra alternativa en los medios del sistema no tiene ningún eco. Hay un debilitamiento muy preocupante de la democracia.

¿Por qué ha convocado CCOO de Euskadi otra huelga general unilaeral el mismo día? ¿Quieren quitarles protagonismo? ¿Reclamar su espacio? ¿Cómo lo interpreta?

Ese no es nuestro debate. Eso lo tienen que explicar ellos. (En relación a esta pregunta Muñoz quiere dejar muy claro que él en ningún caso contesta a CCOO sino que se limita a exponer su análisis). Nosotros no entramos en debate con Comisiones ni con otros sindicatos, nuestro debate se circunscribe a gobiernos y patronales. No existe el debate intersindical sino que hay distintos modelos de abordar la situación. Y la huelga de mañana para nosotros tiene una característica esencial: No dar ninguna cobertura al poder político.

¿Dice que otros sí se lo dan?

CCOO y UGT tienen un grave problema porque desde nuestro punto de vista la crisis del diálogo social viene de la época de crecimiento porque hemos perdido muchos puntos de redistribución de riqueza, y ahora la situación ya es estructural. Y si es estructural, es evidente que no hay diálogo social.

Pero ya hay una Mesa de Diálogo Social creada por Patxi López en la que participan estos sindicatos, Confebask y el Gobierno Vasco...

Yo estoy a favor del diálogo social, pero ese no es un diálogo social. No se puede decir que pase lo que pase, sea lo duro que sea, y dure lo que dure, en Hego Euskal Herria, CCOO y UGT van a dar cobertura política a los gobiernos de López y de Sanz para que sigan haciendo lo que hacen. Después de que el pasado lunes el Ejecutivo navarro firmase el Plan Moderna con CCOO y UGT, ¿cómo pretenden estos sindicatos querer dar credibilidad a su convocatoria de huelga? (En Nafarroa ambas centrales apoyan el paro general estatal del día 29 de septiembre). Y encima en la CAV lo hacen rompiendo las reglas del juego, con un desprecio total a las mayorías para acompañar y uniformizar España.

Ahí tienen sus sillas.

Imposible. Estos (Gobiernos, CCOO y UGT) hacen política con mayúsculas. En la CAV, por ejemplo, han cometido la barbaridad de eliminar una comisión dependiente de Trabajo en la que participábamos los cuatro sindicatos para llevarse los contenidos y la financiación a la mesa de diálogo social de López, donde no estamos. Y nos hemos enterado con un año de retraso. Ahora ¿cómo lo explican CCOO y UGT que se puedan hacer dos cosas a la vez?

¿Que responde ELA a quien le acusa de "contraprogramar"?

Nosotros no hacemos eso. Nosotros tenemos nuestra programación en relación a las políticas de los gobiernos o en la negociación colectiva. ELA, en solitario o junto al resto de sindicatos abertzales, tiene claro cuál es el camino a seguir.

¿Y marcan el camino?

En relación a los intereses de los trabajadores, nuestra tarea es obtener una relación de fuerzas que sea cual sea el grado de soberanía, estén bien defendidos. Pero soberanos también son los griegos o los franceses y también tienen problemas. El papel de ELA es ser sindicato en cualquier situación, con una opción política de soberanía.

¿Tiene usted un mensaje final para la clase empresarial?

El empresario sensato, que también los hay, debería estar preocupado porque se le han dado miles de millones a la banca y cuando ese empresario, o un particular, lo necesita, se lo conceden con intereses de usura. Eso no pasa en otros sitios. La banca en el Estado español manda como en los tiempos de Franco. Una empresa funcionará mejor si se solventa el problema crediticio y no dando cobertura a un modelo en cual la legislación se pone al servicio de la precariedad.