madrid. La huelga de 24 horas convocada ayer por los sindicatos CCOO y CGT en Renfe afectó a más de 200.000 usuarios y supuso la supresión de 1.600 trenes de los 5.000 que opera a diario según reconocieron fuentes de la empresa ferroviaria. A las 10.00 de la mañana eran ya 43.000 los usuarios que se habían visto afectados por la jornada de huelga, pese a la aplicación de los servicios mínimos decretados por el Ministerio de Fomento y que, en teoría, garantizaban que al menos el 65% de los trenes iba a circular.
En el conjunto del Estado los pasajeros afectados de los trenes de Cercanías habían sido hasta las 10 de la mañana cerca de 40.000; mientras que los de Ave y Larga distancia, unos 1.425, y los de media distancia, 1.500. A última hora esas cifras sumaban, según la propia operadora ferroviaria, los 200.000 afectados (cerca del 90% usuarios de los servicios de cercanías).
El director general de Viajeros de Renfe, Enrique Urkijo, indicó, en rueda de prensa, que el seguimiento de la huelga se situaba en cerca del 11%, dado que de los 8.102 trabajadores que debían ocupar ayer sus puestos, pararon 908, de los que la mayoría eran de talleres (815) y el resto, 93, de operaciones (maquinistas principalmente).
Sin embargo, los sindicatos convocantes, que mantuvieron al mediodía en la estación de Madrid-Atocha una concentración, valoraron el seguimiento de la huelga entre un 75% y un 80%. Juan Carlos Cáceres, secretario general del sector ferroviario en CCOO, y su homónimo en la CGT, José Manuel Muñoz, indicaron que el paro fue un "éxito", y que no sólo fue en protesta por el acuerdo firmado por la dirección de la empresa con UGT y Semaf, sino que "va más allá". El Acuerdo de Desarrollo Profesional para el personal de Renfe, firmado en marzo, supone, según Muñoz, un "recorte de personal que va a incidir en el desarrollo de un plan de viabilidad de la empresa". El secretario del sector ferroviario de la CGT dijo que "lo que defendemos es que no se fragmente la empresa, que es lo que parece ser que quiere hacer la dirección", y llegar a "vender" algún activo.
El acuerdo entrará en vigor el 1 de julio y, según los sindicatos convocantes de la huelga, incrementa las funciones de los empleados y propone una movilidad geográfica "a la carta", en tanto que "supone la desaparición de la carrera profesional".
Tanto Muñoz como Cáceres se mostraron dispuestos a mantener más movilizaciones en el futuro para evitar lo que, tanto desde Comisiones Obreras como Central General de Trabajadores, se considera una desmembración de Renfe Operadora.