WASHINGTON. "La recuperación mundial ha sido más fuerte que lo esperado, y la actividad está repuntando a distintos ritmos: con debilidad en muchas economías avanzadas, pero con más fuerza en la mayoría de las emergentes", dijo el organismo en su informe "Perspectivas Económicas Mundiales", divulgado hoy.

El organismo prevé que esa recuperación a varias velocidades continúe, con Asia a la cabeza, gracias a la vuelta a los dos dígitos de China, que crecerá un 10 por ciento este año, y a India, con un 8,8 por ciento.

Brasil también experimentará un fuerte tirón, puesto que el FMI elevó hoy en ocho décimas su previsión para este año para el país, que queda en el 5,5 por ciento.

Mientras, en las naciones ricas la recuperación es más lenta que tras recesiones anteriores. La zona euro avanzará tan solo un 1 por ciento este año y Japón un 1,9 por ciento. En cambio, Estados Unidos, donde se generó la crisis, sufrió una recesión más leve el año pasado que otros países avanzados y con un 3,1 por ciento crecerá más en el 2010 que la mayoría de ellos.

A nivel mundial el crecimiento será del 4,2 por ciento este año, tres décimas más que el cálculo del FMI en enero, y un 4,3 por ciento el que viene.

La institución ha constatado una mejora en el tejido financiero y ahora el mayor riesgo viene de las cuentas públicas.

En ese sentido, el FMI advirtió de que la inquietud en los mercados sobre la capacidad de Grecia de pagar su deuda podría transformarse en una crisis de deuda soberana "contagiosa".

Otro de los problemas es que los países desarrollados tienen poco espacio de maniobra para responder a otra emergencia, con lo que cualquier imprevisto podría dar al traste con una recuperación que el FMI aún tilda de "frágil".

Al mismo tiempo, la gangrena en los mercados inmobiliarios sigue pesando en los balances de los bancos de Estados Unidos y algunos países europeos, y frena un repunte más robusto.

En este contexto, la receta del Fondo es mantener las bajas tasas de interés en los países avanzados y los programas de estímulo durante este año, excepto en las naciones que ya sienten las presiones del mercado para tomar medidas contra el déficit.

En todo caso, en el 2011 el ajuste será inevitable. El FMI pidió planes claros a los gobiernos de cómo y cuándo reducirán la deuda, y sugirió elevar la edad de jubilación y reducir el costo de los sistema de salud públicos.

También aconsejó subir los impuestos y eliminar las desgravaciones por la compra de una vivienda y por el uso de biocombustibles.

Al mismo tiempo, el desempleo seguirá siendo un problema, pues se mantendrá en el 9 por ciento en media en los países avanzados el próximo año y caerá sólo gradualmente.

El FMI recomendó "flexibilidad salarial", un eufemismo con el que en realidad habla de bajadas de sueldos, dar unos beneficios "adecuados" por desempleo y llevar a cabo programas de formación para los parados.

En los países en desarrollo el peligro no es la deuda, que caerá gracias a su alto crecimiento, sino cómo evitar que la fuerte entrada de capital extranjero a algunos de ellos forme una burbuja financiera.

El FMI les aconsejó permitir la apreciación de su moneda, en particular a China, realizar un ajuste fiscal, acumular reservas e incluso imponer controles temporales a la entrada de capital, como ha hecho Brasil.

Respecto a las tasas cambiarias, el organismo dijo en su informe que el yuan chino está "sustancialmente" infravalorado, mientras que el dólar y el euro se encuentran sobrevalorados.