vitoria. José Luis Larrea considera que Ibermática "está razonablemente preparada para afrontar el nuevo estadio de competitividad y modelo económico" que, sin duda, traerá el final de la crisis, pero también echa de menos más colaboración a todos los niveles para superar la recesión y dejar a Euskadi mejor preparada para la nueva etapa.
Se dice que de esta crisis económica va a salir un nuevo modelo de economía y empresa.
Estoy de acuerdo cuando se dice que de la crisis tiene que salir un nuevo modelo de economía, de empresa y de sociedad. También creo que se dice, pero que a la hora de la verdad casi nadie es coherente con esa afirmación. Si de verdad hay una crisis del modelo económico, de servicios sociales, de modelo de financiación, de relaciones laborales,... si efectivamente pasa todo eso, ¿por qué no nos arremangamos, nos sentamos y empezamos a cooperar? Me parece que el que cada uno siga yendo por su cuenta es lo más grave de esta situación de crisis. Se habla mucho pero luego no se es consecuente con la situación. Y si esto lo proyectas al plano político e institucional, todavía parece más claro: la situación es complicada pero el partido A anda a la greña con el partido B y con el otro y con el otro.
¿Ibermática está preparada para este nuevo modelo económico?
A nivel de discurso estamos bien posicionados, incluso avanzados, y en lo práctico, también. Además, creemos que nosotros tenemos una oportunidad como modelo, como agente de innovación, como facilitador para que otras empresas hagan el tránsito hacia nuevas maneras de trabajar y de hacer.
¿Y el conjunto del sector empresarial vasco?
En el conjunto de las empresas se puede producir una cosa que yo llamo la paradoja de Saturno: la crisis, que es la que impulsa la innovación, amenaza con devorar la innovación. Eso es un error porque en la medida en que las dificultades inherentes a la crisis llevan a las empresas a paralizar sus proyectos de nuevas tecnologías, de renovación, de desarrollo... en la medida en que eso pasa y se justifica porque la situación es complicada, las empresas se van a encontrar en peor posición y más debilitadas para el día después.
Entonces, usted cree que no se está haciendo lo suficiente.
Creo que no conseguimos pasar del discurso de que hay que cambiar. Eso también está pasando a nivel mundial en el sistema financiero, cuya manera de actuar y métodos fueron cuestionados, pero ha pasado más de un año y parece que no ha cambiado nada. Es decepcionante. Salvando las distancias, nosotros, aquí, también tenemos mucho que hacer como modelo económico y social, porque tenemos un nivel de estado de bienestar tremendamente positivo, pero hay que ver si es sostenible, cómo lo financiamos, en qué medida la política fiscal puede ser sostenible a medio y largo plazo. Ahora toca ese debate y en cuanto pasemos el primer achuchón de caídas de recaudación hay que hacer de la necesidad virtud y pensarlo todo bien.
¿Considera que el final de la crisis económica está cerca?
Creo que 2010 va a ser tan complicado como 2009, aunque también es verdad que hay sectores que parece que ya van mejor. Se podría decir que ahora estamos andando por el fondo. Decir que estamos saliendo porque un indicador del PIB ha dado esto o lo otro, al señor que está en el paro le da igual. La clave está en el empleo. A mí me parece que esa es la prueba del 9, cuando veamos que se genera empleo porque los proyectos de inversión de las empresas se retoman, porque la actividad se recupera, porque las cosas empiezan a andar y eso se nota en la vida de la gente, entonces podremos decir que estamos en la salida de la crisis.
¿Tiene Ibermática algún proyecto o planes de contratación a la espera de la reforma laboral?
No tenemos ningún proyecto de inversión pendiente de que se haga o no la reforma, pero eso no quiere decir que nos dé igual lo que pase en el ámbito laboral. La innovación exige a las empresas y a la sociedad una manera de trabajar y de enfrentarse a los mercados distinta a la del siglo pasado. El principio de flexibilidad, la capacidad de moverse, de abrir y cerrar actividades, por ejemplo, están bastante condicionados por el marco laboral actual, y lo hacen complicadísimo. El cambio en el modelo económico y social pasa por abordar un nuevo marco de relaciones laborales. La discusión no puede ser si más o menos horas o más o menos IPC.