BILBAO. El secretario del grupo del PSE-EE en el Parlamento Vasco, Oscar Rodríguez, ha pedido hoy "no dramatizar y no hacer profecías apocalípticas" por la reforma de la Ley de sociedades y ha confiado en crear "un ambiente idóneo" para que las empresas "con anclaje en Euskadi permanezcan aquí".

En una entrevista en ETB recogida por Efe, Rodríguez ha restado importancia a la aprobación ayer en la Comisión de Economía del Congreso de la enmienda al proyecto de ley de reforma de las leyes de Auditoría, Mercado de Valores y Sociedades Anónimas que conllevará que en el plazo de un año se anulen las limitaciones de voto en empresas que cotizan en bolsa como Iberdrola, Repsol o Telefónica.

A su juicio, en Euskadi "hay que trabajar, como ha dicho el Gobierno vasco, para que empresarios y trabajadores tengan aquí su ambiente idóneo" para desarrollar su actividad económica de manera que esas sociedades "sigan aquí, tirando de la economía vasca", al tiempo que ha confiado en que las instituciones "garantizarán la estabilidad" para propiciar la inversión.

Rodríguez ha asegurado entender "la preocupación de los pequeños accionistas" de Iberdrola ante la posibilidad de que ACS, como máximo accionista, pueda llegar a tomar el control de la compañía, pero "tenemos que respetar las decisiones que vayan a tomar las empresas" y además, "esto se ha hecho otras veces con pequeñas empresas y no ha pasado absolutamente nada".

Por otra parte, el representante del PSE se ha preguntado para qué celebran las formaciones nacionalistas el Aberri Eguna, "si no es para dividirnos", ya que "no logró unir ni a los propios patriotas vascos".

Ha criticado que el objetivo del PNV de ese día era crear división y dar "mamporros al Gobierno vasco" y que, ha dicho, "si las banderas sirven para darnos en la cabeza unos a otros, a mí no me gustan" y "prefiero una identidad vasca incluyente".

El parlamentario del PSE ha expresado su preocupación por la mala valoración que hacen los ciudadanos de la labor de los partidos y los políticos, manifestada en la última encuesta del CIS, y ha reclamado "reformas estructurales y coyunturales" del actual sistema para "poner en valor la dignidad del oficio".

En este sentido ha propuesto, por ejemplo una mayor transparencia de la actuación de las instituciones, la declaración de los bienes de los parlamentarios y "comernos la cabeza para crear mecanismos de innovación democrática que acorten distancias entre los representantes y los representados", entre otros asuntos.