Vitoria. La situación económica mejora, muy levemente, pero mejora. Lo hace en Euskadi -creció un 0,2% en el último trimestre del año- y también en el resto del Estado. Sin embargo, el enconamiento político y social entre Gobierno, patronal y sindicatos siembra de dudas un futuro que exige un cambio de modelo, una nueva forma de entender las relaciones laborales. La unanimidad en este sentido parece evidente y todos coinciden en el diagnóstico de la enfermedad. Sin embargo, donde surgen los conflictos es en la aplicación del tratamiento. Despido libre se temen los trabajadores; más flexibilidad piden las empresas. ¿Y el Gobierno? El Gobierno prefiere, de momento, no quemarse con decisiones traumáticas de calado social y aguarda y confía en un acuerdo de consenso a tres bandas antes del mes de abril.

En este contexto, la realidad alavesa no es una excepción. Los datos del último trimestre del año pasado demuestran que está liderando el despertar económico de la CAV con un PIB que creció un 0,9%. Y esta autoridad moral le permitió ayer volver a insistir en la necesidad de fomentar la flexibilidad interna para que las empresas puedan adaptarse a una caída de la demanda que en estos momentos oscila entre el 10% y el 30%. Ese mensaje al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, al que se pide valentía a la hora de acometer una reforma laboral, encuentra en el modelo alemán el camino a seguir.

ERE largo y costoso En síntesis, el kurzarbeit permite reducciones temporales de jornadas y de salarios en las empresas a través de un acuerdo entre empresarios y trabajadores sin tener que entablar negociaciones con las instituciones gubernamentales. "De este modo habría menos paro y acabaríamos con el sistema de Expedientes de Regulación de Empleo, que son lentos y costosos", señaló ayer el secretario general de SEA, Juan Ugarte.

No es la primera vez que modelos como el alemán, el holandés, el danés o el sueco salen a escena en los últimos meses. El motivo es evidente: a pesar de que algunos de estos países han sufrido caídas en su PIB mucho más acentuadas que en el Estado, el impacto en el empleo sin embargo ha sido prácticamente de la mitad. De ahí la urgencia con la que el empresariado vasco demanda desde hace meses la aplicación en Euskadi del concepto de flexiseguridad, "que no significa ni mucho menos el despido libre", precisó ayer Ugarte.

Álava, estancada En Álava, a la espera de acontecimientos, la situación de sus empresas respecto a los últimos meses ha experimentado una "levísima mejoría", aunque la situación en el corto plazo se encuentra aún "muy lejos de ser óptima". Según el barómetro empresarial alavés presentado ayer por la patronal alavesa, la visión que sus empresas tienen del mercado en estos momentos es "menos mala" que la de hace unos meses aunque el dato más preocupante es el "estancamiento" de la economía.

En este sentido, la tendencia y la lógica del mercado auguran un repunte leve en los próximos meses, si bien los niveles de pedidos y facturación, advirtieron ayer desde la patronal, "continúan experimentando caídas que van del 10% al 30% respecto a ejercicios anteriores". Por eso el escenario de recuperación que se dibuja para el próximo semestre seguirá siendo "largo y penoso, y no exento de sobresaltos", pese a que el 69% de las empresas consultadas en este barómetro esperan mantener el nivel de empleo y de inversión. "A pesar de que esta cifra es positiva, si se mantiene una débil demanda y una escasa facturación será imposible que podamos mantener el empleo", sostuvo el secretario general.

Construcción no remonta Las conclusiones del estudio empresarial, en el que han participado 200 compañías, también revelan que el 50% de las empresas consultadas considera que el mercado presenta "una fuerte o ligera recesión", mientras que el 38% estima que está "estancado". Por sectores, construcción continúa siendo el gran pagano de esta crisis. Su diagnóstico en Álava demuestra que sigue empeorando, según la opinión de la mayoría de las empresas. Le siguen los sectores del metal y las artes gráficas, cuya facturación está cayendo entre un 30% y un 35%. En el lado opuesto está el sector servicios, que mejora su situación de forma progresiva, las industrias metalúrgicas y las vinícolas.

Mismo absentismo La radiografía empresarial más reciente de Álava también toma el pulso a los principales factores económicos que preocupan en estos momentos a los empresarios. De forma sorprendente, la falta de financiación por parte de bancos y cajas no aparece ni tan siquiera entre el grupo de cabeza de las grandes demandas. Sólo un 12% afirma tener dificultades para conseguir algún tipo de financiación. En cambio, lo que más preocupa en estos momentos es la debilidad de la economía española (el 31% lo cree así) y la dificultad en el cobro por parte de los clientes (20,07%).

La presentación del barómetro concluyó con un análisis de la situación del absentismo laboral en la provincia. Según los datos que ofreció ayer la patronal alavesa, el porcentaje en 2009 se situó en el 6,45%, 0,36 puntos menos que la tasa del año anterior. "Se perdieron 343.744 horas de las más de cinco millones que analizamos, lo que supone un dato similar al de 2002". Por géneros, el absentismo afecta más a los hombres, 6,90%, que a las mujeres, 4,66%. Y el motivo principal del absentismo fueron las enfermedades y los accidentes no laborales, que suponen un 55,76% del total de horas estudiadas.