vitoria. La crisis económica no ha pasado desapercibida en el sector del comercio. En el caso concreto de la CAV, las ventas bajaron un 13,9% nominal el pasado año. Las franquicias no fueron ajenas a dicho escenario negativo, pero la realidad es que el comercio franquiciado -sector inmobiliario aparte- ha aguantado mejor que otras fórmulas comerciales, pues las empresas franquiciadas redujeron sus ventas un 8,6%, según la consultora Tormo y Asociados. En el caso vasco, el número de enseñas franquiciadoras con sede en la CAV se situó en 2009 en una quincena, un número inferior a las 26 del ejercicio precedente, según datos de la compañía Barbadillo y Asociados.

Esta cifra sitúa a la CAV en el octavo puesto del ranking estatal por comunidades autónomas. A modo de comparación frente a las 15 marcas con sede en la CAV, en Madrid hay 203, en Cataluña, 169 y la Comunidad Valenciana, 100.

El tradicional espíritu emprendedor vasco no ha superado la crisis, al menos en el número de franquicias, pues desde el año 2000, según los datos de la citada consultora, la cifra de 2009 es la más baja con diferencia y está lejos de los máximos de 2002-2003 en que estaban localizadas 39 empresas vascas que apostaron por la franquicia para expandir su negocio.

Firmas tan conocidas como la especializada en fotografía Ikatz o la cadena de restauración Krunch han optado por la fórmula de la franquicia para su desarrollo.

En el conjunto del Estado, las franquicias han sido la fórmula de expansión de conocidas multinacionales del sector textil, de distribución o de restauración. Benetton, Dia o Telepizza se han desarrollado así.

Cierres El mercado español de las franquicias registró en 2009 uno de los peores ejercicios de su historia como se deduce del hecho de que se cerraron 7.872 establecimientos franquiciados como consecuencia del impacto de la crisis en sectores como el inmobiliario, -en Euskadi el impacto ha sido demoledor-, el financiero y, en menor medida, de viajes. Los dos primeros, lógicos sabiendo que son los dos pilares de la crisis española, y el tercero afectado por la menor demanda y por el auge de internet. Con todo, hubo sectores, según Barbadillo&Asociados, en crecimiento como los relacionados con la salud y la estética o los servicios a domicilio.

Según el informe Situación actual de la franquicia en España que elabora anualmente la consultora valenciana Tormo&Asociados, una de las dos grandes compañías especializadas en el asesoramiento al sector, el recorte no fue compensado por las 3.817 nuevas aperturas de establecimientos franquiciados por lo que el resultado final de 2009 constata la pérdida de más de 30.000 empleos, de ellos 22.634 directos.

En una coyuntura de recorte de la demanda, no hay que olvidar que el PIB, tanto el vasco como el español, cayó más de un 3%, la facturación y la inversión descendieron el pasado ejercicio por primera vez en el sector y se situaron en niveles de los años 2006 y 2007, respectivamente.

En concreto, la cifra de ventas de los comercios franquiciados en el conjunto del Estado español bajó un 8,6%, hasta los 19.081 millones de euros, a causa de los múltiples cierres registrados y de la menor facturación media de las empresas por el frenazo del consumo. En cuanto a la inversión efectuado en el sector, se situó en 6.833 millones, lo que representa un 6,1% menos que hace dos años.

Nuevas enseñas En medio de la crisis todavía hay emprendedores con nuevas ideas y fórmulas de negocio pues, según el informe de Tormo&Asociados, se incorporaron 124 redes de franquicia de nueva creación en 2009, frente a 65 que dejaron de operar, con lo que se superaron las 1.000 empresas franquiciadoras.

Con todo las mayores demandas de información tienen relación con las cadenas de restauración. Con estos datos, el mercado está integrado actualmente por 1.019 redes (el 82% de capital 100% español), que suman un total de 65.026 establecimientos y dan empleo a más 274.700 personas de forma directa y a 93.550 de forma indirecta, un 7,6% menos que en 2008.

Cash&Converters va de la mano de franquicias. Foto: Dna

datos

l ¿Qué es una franquicia? Se trata de un modelo de hacer negocio por el que una empresa concede los derechos de explotación de un producto, actividad o de un nombre comercial a una o varias personas en una zona geográfica concreta o determinada.

l ¿Cómo funciona? El mecanismo, esencialmente, supone que una empresa (el franquiciador) cede a otra (el franquiciado) el uso de su rótulo y marca, sus métodos para hacer negocio (know-how) un soporte y asistencia técnica, etc., obteniendo a cambio una importante contraprestación económica comúnmente conocida como royaltie.

l ¿Qué aporta el franquiciador? Normalmente una marca reconocida, un método de trabajo, un asesoramiento, un producto, una publicidad, etc.

l ¿Qué aporta el franquiciado? El emprendedor que quiere montar un negocio a través de una franquicia tiene que disponer, en la mayoría de los casos, de un local comercial adecuado en la vía pública, con un mínimo de superficie, según el negocio, en localidades con una cierta masa crítica determinada por la población o por el volumen de potenciales compradores que pasan por delante del local. Según los casos que se tengan en cuenta, se tiene que realizar un desembolso inicial con un canon de entrada y posteriormente se debe hacer frente al pago de unos porcentajes sobre ventas y/o el compromiso de adquisición de productos más, según casos, una posible contribución a los gastos publicitarios de la cadena en cuestión.

l Restauración. Asociarse, por ejemplo, a una cadena de comida rápida supone disponer de un local a pie de calle con una superficie mínima de 200 metros cuadrados, y estar situada en una localidad de al menos 50.000 habitantes. Requiere una inversión inicial de unos 300.000 euros y se pagan unos royalty de entre el 4 y el 5% durante la duración del contrato que es plurianual entre 8 a 10 años. Además, hay que añadir una contribución para la publicidad de entre el 1% y el 2% y en algunos casos un canon inicial de unos 20.000 euros.

la cifra

-8,6%

l Facturación. Las empresas del sector en el Estado facturaron durante el ejercicio 2009 unos 19.000 millones de euros, lo que supone un 8,6% menos.