Bruselas. El presidente permanente de la UE, Herman Van Rompuy, aseguró ayer que el acuerdo alcanzado sobre los problemas presupuestarios de Grecia constituye un mensaje claro de responsabilidad por parte de Atenas y de solidaridad por sus socios y pidió a los mercados que no lo juzguen precipitadamente. "Era muy importante (alcanzar) un acuerdo, algunos dudaban de que lo consiguiéramos", declaró Van Rompuy en rueda de prensa una vez finalizada la reunión informal de los jefes de Estado o Gobierno de la UE.
El compromiso, alcanzado por unanimidad, traduce por un lado la "resposabilidad, por parte del Gobierno griego", en su compromiso de poner en marcha el duro plan de ajuste que Bruselas le exige y, por otro, "de solidaridad" de sus socios, para no dejarle caer en bancarrota.
Esa solidaridad se materializaría, "en caso de que fuera necesario" y "hoy no lo es", aclaró Van Rompuy.
Preguntado por la aparente decepción de los mercados de valores, que esperaban, según los analistas, algo más que una declaración de intenciones, el presidente de la UE reconoció no haber seguido la respuesta de las bolsas, pero puntualizó que "es muy pronto para juzgar el resultado" de este acuerdo.
A propósito de la supuesta decepción de los mercados, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, insistió en no puede haber rescate desde el momento en que el Gobierno griego "no cree que necesite ayuda". Lo que estaba en la agenda es el compromiso de Atenas de reducir en cuatro puntos su déficit público en 2010, "objetivo muy ambicioso" según Barroso, y el compromiso de solidaridad de la Eurozona. Se trata de una "declaración política" al máximo nivel, el del Consejo Europeo. Por su carácter informal, éste no puede tomar decisiones, y el desarrollo de lo acordado ayer corresponderá a los ministros de Finanzas, explicó el presidente de la CE.
Por su parte, el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, dijo ayer que los países de la zona euro pondrán en marcha "una medida coordinada de apoyo a Grecia" si ésta cumple su compromiso de reducir su deuda pública cuatro puntos este año y, pese a todo, sigue siendo atacada en los mercados financieros. "Los miembros del Eurogrupo están de acuerdo en hacer lo que haga falta para salvaguardar la estabilidad monetaria y financiera. Grecia no está aislada, sola y desarmada frente a los ataques de los que pueda ser objeto", dijo Juncker en la cumbre informal de la Unión Europea.
El primer ministro griego, Giorgos Papandreu, dijo que espera que el plan de su Gobierno para reducir el abultado déficit de su país sea suficiente y no necesite la ayuda que se han comprometido a prestarle los países miembros de la UE en caso de que fuera necesario.
El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, opinó que la reunión extraordinaria de los líderes europeos para apoyar a Grecia ha demostrado que España no se encuentra en la misma situación y mantiene su "solvencia", y se comprometió a ayudar al Gobierno heleno si es necesario.