Barnealdea

por José A. Díez Alday

Mentiras Autocomplacientes

las previsiones políticas en materia económica o laboral, al igual que las promesas o los anuncios de nuevas medidas que hacen los gobernantes, tienen un juez inexorable para medir su acierto y eficacia: las estadísticas reales. Así, esta última semana de enero nos deja algunos datos sobre los mercados laboral e hipotecario realmente preocupantes porque desacredita la capacidad que tienen los gobiernos Zapatero y López para ser realistas y no confundir deseos con posibilidades o para marcar una hoja de ruta que conduzca a la recuperación de la economía y a la creación de empleo.

En medio de este escenario mediático, el INE anunciaba que se había registrado un tímido repunte en el número de hipotecas constituidas en noviembre (52.043 préstamos o 1,8 por ciento más que el mismo periodo de 2008), lo cual se podría interpretar como un "brote verde" si no fuera porque la mitad de estas hipotecas eran renovaciones de antiguos créditos. Es decir, no hay más créditos para adquirir nuevas viviendas y sí para cambiar sus condiciones, por tanto, no se puede hablar de un repunte en la venta de viviendas que es el factor esencial para asegurar una recuperación en el sector de la construcción.

En cuanto al empleo?, ¿qué se puede decir cuando el Eustat avanza que Euskadi registró en el último trimestre de 2009 una creación neta de 3.400 puestos de trabajo y una población ocupada de 951.200 personas, si una semana después el INE, a través de la EPA, señala un incremento de 2.400 parados para un total de 924.900 empleados? Resulta evidente que alguien utiliza métodos equivocados o que se significa por un premeditado "trabajo de cocina" para demostrar ante la opinión pública una eficacia que no es sino ficción política, ensoñación electoral o incapacidad intelectual. En cualquier caso, el uso mediático de estas mentiras sólo conduce a la decepción de quienes se han podido sentir esperanzados por esos "brotes verdes".

Sin embargo, estos políticos-gobernantes, lejos de aprender de sus errores, insisten en su pretensión de dar una imagen de eficacia. Así, Zapatero quiere liderar la recuperación europea, aunque es incapaz de poner las bases para que deje de caer la española, al tiempo que reafirma en Davos que el sistema financiero español es el mejor del mundo, aunque las provisiones para saneamientos crediticios sigan aumentando en los grandes bancos, evidenciando que el sector tiene graves problemas. Más no se puede pedir cuando se olvida que sólo es posible curar al enfermo cuando se realiza un diagnóstico realista. Zapatero y los socialistas siguen tratando la pulmonía que sufre la economía española como si padeciera la gripe A.

Estos gobernantes insisten en su pretensión de dar una imagen de eficacia