dESPUÉS de aumentar su valor un 50% en 2009, la acción de CAF en la Bolsa de Madrid experimentó la semana pasada un nuevo impulso que le hizo crecer un 2,3% en las primeras cuatro sesiones del año, para luego ceder mínimamente el viernes y cerrar en 383,5 euros, habiendo fijado el jueves un nuevo máximo histórico en 385 euros. La gran evolución del negocio de la constructora ferroviaria guipuzcoana y la buena marcha del parqué madrileño está empujando sus títulos hasta niveles impensables hace cinco años, cuando cotizaba a 60 euros. CAF es, con mucha diferencia, la acción más cara de la Bolsa de Madrid, tanto del Mercado Continuo en el que se encuentra, como del Ibex 35. En el primero de ellos, la farmacéutica Bayer es, con 55,5 euros, el valor que más se le aproxima, mientras que en el selectivo la empresa de infraestructuras Acciona, con sus títulos a 96 euros, es la compañía con el precio más cercano a CAF.

¿Es bueno que las acciones de la firma beasaindarra se encuentren en un nivel tan elevado? ¿Seguirá creciendo? ¿Dónde está su límite? Estas preguntas surgen inevitablemente entre los inversores, que observan a CAF circular a plena marcha por el circuito de licitaciones ferroviarias mundiales -tanto de trenes de alta velocidad como de metros y tranvías- y no encuentran razones para pensar en que los títulos de la compañía dejen de aumentar su precio.

Con una cartera de pedidos en torno a los 4.200 millones, la salud del fabricante de ferrocarriles no se ha resentido a pesar de la crisis, y eso es un factor determinante a la hora de valorar su trayectoria en el parqué estatal en los próximos meses.

CAF es un valor que no se encuentra entre los más negociados de la Bolsa, con un volumen medio de negociación de unas 5.000 acciones por sesión. Actualmente su capitalización se eleva a 1.315,87 millones de euros, una cifra media-baja en la Bolsa de Madrid y que refleja la reducida cantidad que la compañía destina de su capital social al mercado de valores. El hecho de que sus títulos tengan ahora un precio tan elevado limita su liquidez, según explica Javier Pérez, director de Renta 4 en Gipuzkoa. "Una acción tan cara resta liquidez y retrae al pequeño accionista pero hay que recordar que, como el capital está concentrado en las cajas de ahorro y la cartera social, la empresa tampoco tiene un gran free float (capital flotante, la parte del capital social que cotiza libremente en Bolsa y que no está controlado por accionistas de forma estable)".

Sobre el precio actual de las acciones de CAF, Pérez considera que "están más que logradas todas las expectativas en los 383 euros", si bien cree que no es un nivel excesivo. "La acción está bien valorada, por lo que recomendamos a los inversores conservarla, no vender aún, porque tampoco vemos otros títulos con mayores perspectivas de crecimiento".

Diversificación Según el responsable de Renta 4, CAF es "un valor que ha de pesar lo que ha de pesar en una cartera de inversión; si ésta se encuentra bien dimensionada, no habría por qué vender" los títulos de la constructora ferroviaria. Pérez subraya que "cuando estás invirtiendo en CAF, lo estás haciendo en Brasil, México, etc.; es decir, en otros mercados, de modo que, indirectamente, estás diversificando". En cuanto a los pequeños inversores que únicamente poseen acciones de CAF, Pérez piensa que "sería aconsejable que se desprendieran de la mitad".

También para Enrique Elola, asesor financiero de Inversis Banco, los títulos de CAF, pese a encontrarse en máximos históricos, "no están caros porque reflejan la evolución de la acción y del negocio; parece un precio razonable". Aunque es un valor no muy seguido por las casas de análisis, Elola señala que "se sigue recomendando aunque se halle en los niveles más altos de su historia, pues la cartera de pedidos de la empresa es muy importante".