vitoria. Dice bien poco del sistema financiero que se le tenga que ayudar cuando realmente fue él quien provocó la crisis, ¿está de acuerdo?

Puedo estar de acuerdo y volvemos al riesgo moral del que hablábamos antes. Sé, como banco, que al final el Estado me va a tener que ayudar porque si no las consecuencias para la sociedad son mucho peores que si no lo hace. Y ese mensaje es perverso.

¿Entonces?

Entonces nos queda regular mejor, no sé si más, pero desde luego mucho mejor. En España el control no era malo, pero en los últimos años ha habido demasiada barra libre para los promotores inmobiliarios. Lo decía Paul Krugman, el Nobel de Economía: "El problema de esta crisis ha venido cuando el oficio del banquero dejó de ser aburrido". Los banqueros deben volver a la ortodoxia pura. Coger el dinero, mirarlo muy bien y analizar todos los riesgos. Y nada de alegrías e innovaciones financieras tan extraordinarias. Lo de banca moderna se acabó.

Volviendo a las finanzas vascas. ¿Satisfecho de sus primeras Cuentas Públicas?

Aunque no hay demasiado margen con una crisis que ha reducido de forma brutal la recaudación en casi un 20%, creo que son las que se necesitaban para una coyuntura como la actual. Contribuyen a que haya estabilidad macroeconómica, sin grandes altibajos y a que el crecimiento sea sostenible en el tiempo. Parte de unos niveles de endeudamiento bajísimos que no comprometen el crecimiento futuro. Es mejor que la economía no se hunda ahora.

¿Estos 2.100 millones de endeudamiento eran realmente necesarios?

Hombre, podríamos haber prescindido de servicios sanitarios o sociales y todos tan contentos. Pero eso no es serio. Hay conceptos que son intocables y , además, vivimos en una sociedad donde la presión por este tipo de servicios es enorme al ser el Estado el que lo paga todo. Sin embargo, el coste es cada vez más alto y en algún momento habrá que replantearse si podemos sufragar todos estos servicios con lo que estamos poniendo. La presión fiscal de los países nórdicos, que suelen citarse como referentes en estos temas, ronda el 50%, 14 puntos más que nosotros. Y a esto hay que añadir el problema del envejecimiento de la población, que conlleva un efecto claro: se dispara el gasto social y se reduce la producción.

Vivimos en un país con cada vez más funcionarios y menos emprendedores, que se supone que son los que generan la riqueza. ¿Le preocupa?

Antes de nada un matiz. No sólo generan riqueza los emprendedores sino todo trabajador productivo, incluido un funcionario. Dicho lo cual, la radiografía no es tan mala como se piensa. La TAE (Tasa de Actividad Emprendedora) indica que el 6,9% de trabajadores de entre 18 y 64 años están implicados en procesos emprendedores en Euskadi. Hay que recordar que esta comunidad es donde menos tasa de actividad existe, pero, en cambio, la que menos fracasos sufre. Es decir, las empresas que surgen resisten más.

¿Realmente percibe usted que las compañías que ya están consolidadas están tan mal que son incapaces de generar empleo?

En estos momentos las empresas vascas sólo están utilizando el 68%

de su capacidad productiva, cuando la media está entre un 80% y un 82%. Por lo tanto, tenemos que recuperar 14 puntos y mientras eso no ocurra no se va a recuperar el empleo. ¿Por qué está ocurriendo esto? Porque todavía tienen margen para aumentar la producción sin contratar a gente, sin hacer inversiones. Por eso si el Estado o los Gobiernos no llevan a cabo políticas contracíclicas, el problema sería todavía más gordo.

De acuerdo, pero el precio de la actuación pública es enorme...

El precio del gasto público conlleva el consiguiente aumento del déficit. La parte buena es que partimos de un nivel de endeudamiento muy bajo, pero el punto malo que va a tener esta crisis es que la deuda pública, que históricamente ha subido por término medio un 20% y ha tardado diez años en volver a los niveles de endeudamiento previos, va a aumentar un 40% en 2014. Según el FMI, la deuda pública de los países desarrollados actual está en el 80% y para 2014 llegará al 120% del PIB.