Las fuertes subidas del precio del dinero (tipos de interés) que ha llevado a cabo el Banco Central Europeo (BCE) desde julio de 2022 para intentar contrarrestar la alta inflación está afectando de manera implacable a millones de familias y hogares que ven con impotencia como están pagando por sus hipotecas unas cuotas imparablemente al alza desde hace casi un año.

Ello es debido a que encarecimiento del precio oficial del dinero ha disparado el euríbor, que es el índice más habitual para fijar la cuota que pagan las hipotecas variables, hasta el 3,86% de media mensual en mayo, frente al 3,75 de abril. Una cifra que supone un nuevo máximo en 15 años que deja y que deja al indicador cada vez más cerca de la emblemática barrera del 4%. De hecho, esta misma semana el indicador diario llegó a cotizar el lunes al 3,98%.

Estas cifras supondrían un encarecimiento de entre 200 y 300 euros mensuales en la hipoteca media a tipo variable que se deba renegociar ahora con los bancos.

Con este escenario la preocupación de muchas familias que tienen que hacer frente a su hipoteca no para tampoco de crecer ya que prevén nuevas subidas de sus cuotas.

Una señal que puede anticipar un poco de respiro es la inflación. El indicador adelantado de mayo se ha situado en el 3,2%, nueve décimas menos que el 4,1% registrado en abril. Este dato confirma la tenencia descendente de los precios de manera pausada pero constante.

Y decimos que es importante porque a menor tasa inflación debería frenarse las subidas de los tipos de interés y por ende el de los préstamos hipotecarios vía euríbor.

Pero la clave es que el precio del dinero se fija por parte del BCE para toda Europa y la inflación en Alemania, el motor económico del Viejo Continente, es de más del doble de la española, concretamente del 6,3%. En Francia, segunda potencia económica, se sitúa también en el 6%. Y varios países bálticos y centroeuropeos superan la barrera del 10%. La media en la eurozona es del 6,1%

Con este escenario, y a pesar de que España ha hecho los deberes, el conjunto de los 27 tiene niveles de IPC excesivamente altos, lo que hace difícil que el BCE, que fija los tipos para toda la UE, baje el precio del dinero y arrastre a una caída del euríbor y de los préstamos hipotecarios.

Es una situación en la salen perjudicados los ciudadanos de los estados cumplidores con las reglas que marcó en su día Bruselas y que ven cómo el incumplimiento del resto impacta en sus bolsillos al frenarse una bajada de los tipos.

Con el panorama actual la gran mayoría de expertos pronostican una nueva subida de los tipos de interés en la próxima reunión dentro de 15 días en Fráncfort del 3,75% al 4%. Algunos aventuran incluso un 4,25% igualando el récord histórico del siglo XXI.

En donde no hay consenso es en nuevas subidas. En dos semanas la presienta del BCE, Christine Lagarde, ​dará más pistas sobre las tendencias futuras y en la próxima cita de julio podríamos ver una subida menor o incluso un mantenimiento de los tipos, lo que daría un alivio a las subidas del euríbor y a nuestros bolsillos. Y marcaría el fin de una tendencia y de las alzas de nuestras cuotas hipotecarias. En pocas semanas saldremos de dudas.