La selección noruega femenina de balonmano sumó su tercer titulo de campeona olímpica tras imponerse este sábado por un claro 29-21 a Francia en una final en la que las galas, oro hace tres años en Tokio, nunca encontraron la fórmula para superar la defensa del conjunto nórdico.

Especialmente en la segunda mitad, como atestiguaron los tan sólo cuatro tantos que las de Olivier Krumbholz anotaron en los diecinueve primeros minutos de la reanudación (24-17) y que convirtieron el tramo fina del choque en un mero trámite para las noruegas.

Algo inimaginable tras el buen arranque de partido del equipo francés, que parecía en el buen camino para revalidar el título conquistado en la capital japonesa con un parcial de 1-4 en los primeros cinco minutos de juego.

El tiempo que necesitó Noruega para ajustar su defensa y comenzar a crear cada vez más problemas a un equipo francés que cuando no se topó con la zaga nórdica se estrelló con la guardameta Katrine Lunde, que cerró el choque con casi un 40 por ciento de paradas.

Último partido de Oftedal

Solidez defensiva a la que las de Thorir Hergeirsson sumaron el acierto en ataque de la pivote Kari Brattset Dale, autora de seis dianas, y la lateral Henny Reistad, máxima goleadora del partido con ocho tantos.

Pero si alguien brilló en el conjunto noruego fue la central Stine Oftedal, que en su último partido como internacional volvió a exhibir su maestría en la dirección del juego.

Una visión de juego a la que Oftedal, que contabilizó ocho asistencias, suma un poderío anotador, como confirmaron sus ocho tantos, que ya hacen echarla de menos nada más haber puesto fin a su carrera internacional.

Francia, desdibujada en ataque, no pudo contrarrestar el juego de las nórdicas, que convirtieron los últimos diez minutos de encuentro en una fiesta con la que celebrar su tercer oro olímpico, tras los conquistados en los Juegos de Pekín 2008 y Londres 2012.