La selección española de balonmano masculino ha cruzado el Rubicón al derrotar a Egipto en los cuartos de final de los Juegos en un partido que ha precisado de una prórroga (25-25; 29-28). El combinado que dirige Jordi Ribera espera rival para la lucha por las medallas el próximo viernes: la anfitriona Francia o la revelación Alemania.

Rodeada por un debate de cambio de ciclo, el grupo liderado por Ribera, con 8 debutantes en unos Juegos, ha vuelto a demostrar que no entiende de épocas. Que de fondo tiene un cuajo que con el paso de los minutos le suele permitir agarrarse a los partidos y a los campeonatos. Sin aparecer en los pronósticos previos para la lucha por una medalla, el viernes se jugarán el metal de la presea que pelearán el domingo.

La contienda ha sido un buen resumen de la versión de España que más se ha visto a lo largo de los Juegos. El choque, un duelo de altura que reeditaba la lucha por el bronce en Tokio, arrancó con cinco minutos sin gol, un preludio de lo que vendría en los 25 minutos restantes: el primer tanto, obra de Egipto; recital de ambos guardametas y algún que otro error de la selección española, que no se terminaba de encontrar, aunque daba la cara. Como cuando redujo la brecha del partido perdido contra Suecia.

Esa era la mejor noticia al descanso: que pese a haber tenido mejores actuaciones colectivas tanto en defensa como sobre todo en ataque (8 goles en 30 minutos), solo se situaba a cuatro goles de una Egipto a la que su guardameta, un viejo conocido de la Liga Asobal como el explosivo Mohamed Aly, también sostenía.

El futuro deberá corregir errores

La selección de Ribera, que en esta cita olímpica está presentando más razones para el optimismo que lo contrario, repetía los dos errores principales de esta versión reinventada por el exentrenador del Bidasoa y el Arrate: en defensa y pese a encajar solo 12 tantos al descanso, Egipto encontraba soluciones con excesiva facilidad en la zona central de la zaga (bien a pivote, bien por su poderoso lanzamiento exterior); y en ataque, por los problemas en la selección de algunos tiros en situaciones no forzadas, como algunos disparos de cadera.

Contra Egipto se han sumado las pérdidas de balón no forzadas y los robos de Egipto (1 a 5 en 30 minutos), como el bote de Alex Dujshebaev ante Ibrahim El-Masry con 28 minutos de partido disputados. El ataque africano ha terminado en un siete metros que un genial Gonzalo Pérez de Vargas ha detenido a Mohammad Sanad, que ha recuperado el balón y ha puesto el 8-11.

Con la portería a todo gas (conviene recordar que Pérez de Vargas y Rodrigo Corrales forman una de las dos mejores del mundo en cuanto a selecciones, junto a la danesa), España debía mejorar en defensa para tener más opciones ante el marco rival. Sobre todo habida cuenta del escaso bagaje del ataque posicional. Estadística cruda al descanso: frente a los 26 lanzamientos de Egipto, España solo había hecho 18.

La vuelta de los vestuarios ha traído reacción: al igual que Croacia recuperó terreno en el último partido de la fase de grupos en los primeros de la reanudación, la selección española ha hecho lo propio. Tarrafeta, en evolución durante los Juegos, ha hecho el 11-13 para coronar un 3-1 de parcial que dejaba la desventaja a la mitad.

Un cambio decisivo en la batalla

La reacción española ha provocado una contrarreacción de los de Juan Carlos Pastor, que han dispuesto de un balón que, quién sabe, podía haber supuesto poner tierra definitiva de por medio: un disparo de Ali Zein que ha bloqueado Dani Dujshebaev. El marcador mostraba el 16-20 con 14 minutos para el final.

Último cuarto en el que Ribera, con su guardia pretoriana en la primera línea compuesta por los hermanos santanderinos y el propio Tarrafeta, ha introducido un cambio táctico que ha resultado decisivo: atacar con siete jugadores.

El escenario de la batalla ha cambiado y Pastor, con quien España ganó su primer Mundial en 2005, ha intentado que los suyos se adaptaran cuanto antes: tiempo muerto en el minuto 52 (21-22). Sin efecto: el paso de los minutos ha terminado de desdibujar a una aturdida Egipto, mientras la timorata escuadra española de la primera mitad daba paso a un equipo convencido de sus opciones.

A remolque, Tarrafeta ha firmado el empate a 25 y Egipto, en inferioridad por una torpeza de Sanad en el minuto 58, ha dispuesto de un tiempo muerto y de 30 segundos para llevarse el partido. El astro del Veszprém Yehia El-Deraa ha buscado el uno contra uno con Javi Rodríguez, al que ha dejado atrás rápido pero se ha topado con Pérez de Vargas.

Una tendencia al alza

Empate al final del tiempo reglamentario: Egipto estaba en un lío que no esperaba y España tenía una oportunidad que mediada la segunda mitad creía perdida. El hilo que le salvó de un mal debut contra Eslovenia en la jornada inaugural, el mismo hilo invisible que por aquello de tener la mejor diferencia de goles le hizo reducir la desventaja contra Suecia en un partido perdido le ha sostenido contra Egipto mientras sus hombres destacados empezaban a ofrecer sus mejores prestaciones.

Con tendencia al alza, un gol de Casado ha dado ventaja a los de Ribera por primera vez desde el 5-4 de Dani Fernández. El central compañero de El-Deraa en Hungría ha vuelto a ser protagonista involuntario pocos minutos después: su exclusión a menos de dos minutos para el final, decretada por los checos Horacek y Novotny (han pitado la mitad de los partidos de España en los Juegos) previo paso por el replaylimitaba el 7 contra 6 que tantos réditos estaba reportando a la selección española.

El-Deraa ha empatado a 28 para cerrar esa jugada. España ha arrancado su última jugada con 1 minuto y 15 segundos para el final. El ataque con seis ha tenido la suficiente continuidad para que los egipcios solo lo interrumpieran en dos ocasiones en 48 segundos: una falta y el siete metros que ha firmado un decisivo Aleix Gómez (9/9).

Seif El-Deraa ha dispuesto de la mejor ocasión para empatar la contienda, pero Pérez de Vargas (38% de paradas) ha rechazado un lanzamiento que han recuperado los africanos. Hesham ha probado desde 15 metros, pero el pescado estaba vendido.

Una vez más, pocos incluían a España en la lucha del fin de semana decisivo. En esta ocasión, el cambio de guardia les asistía como argumento de peso para fundamentar su vaticinio. El grupo de Ribera los ha vuelto a romper.

Con la gran favorita Dinamarca por el otro lado del cuadro, España jugará este viernes en el Pierre Mauroy de Lille el pase a la final contra una Alemania que ya ganó a España en la fase de grupos o contra la anfitriona Francia (16:30 horas o 21:30 horas).

Ficha técnica:

  • 29 - España: Pérez de Vargas; Odriozola (2), Garciandia (-), Javi Rodríguez (1), Sánchez-Migallón (-), Dani Dujshebaev (1) y Dani Fernández (2) -equipo inicial Corrales (ps), Maqueda (-), Alex Dujshebaev (3), Serdio (1), Casado (4), Aleix Gómez (9, 3p) y Tarrafeta (6)
  • 28 - Egipto: Aly; Sanad (3), Omar (-), Yehia Elderaa (7), Zein (2,1p), Elwakil (1) y Adel (3) -equipo inicial- Hendawy (ps), Abdou (-), Hesham (5), Tarek (-), Elmasry (-), Sef Elderaa (7, 2p), Abdelhak (-)
  • Marcador cada cinco minutos: 0-0, 2-3, 5-4, 6-8, 7-8 y 8-12 (Descanso) 10-13, 14-17, 16-19, 18-21, 22-23 y 25-25 (Final) 27-26 (Descanso prórroga) 29-28 (Final)
  • Árbitros: Horacek y Novotny (CZE). Excluyeron por dos minutos a Sánchez-Migallón y Casado por España; y a Adel, Elmasry, Zein (2) y Sanad por Egipto.
  • Incidencias: Encuentro de cuartos de final del torneo de balonmano de los Juegos Olímpicos de París disputado en el estadio Pierre Mauroy de Lille.