Increíble remontada de Iñaki Artola y Jon Mariezkurrena en el Parejas

Jon Mariezkurrena: sangre caliente en las venas. Burbujea. Mecha corta. Delirio. Éxtasis. Mandíbulas desencajadas. “El día de la elección pude comprobar que el Uarkape es un frontón en el que sale bien el dos paredes”, describe el pegador de Berriozar. Et voilà! En mitad de una remontada, de verse con el agua al cuello ante Jokin Altuna y Aitor Aranguren, una combinación de menor caballaje sobre el papel, el navarro resucita y abre las puertas del frenopático para desatar la locura en los Santamasak, contagiando a un público entregado, cuerpo de jota. 

Y el tercer punto del Campeonato de Parejas. Y los espectadores en pie. Y un final para enmarcar. Jon suma tres carambolas en el ascenso desde el más absoluto infierno hasta el mismo centro del firmamento. Cose a dos paredes. Resuelve con una dejada al txoko. Cambia el signo con las pulsaciones por las nubes. Meritorio y honesto. Sobre todo, por el momento: no cuando hay un control absoluto, no en mitad de una paliza, no cuando hay comodidad. No. Este domingo lo hizo después de verse con el agua al cuello de una forma inopinada, siendo, además, favoritos para la cátedra. Voltereta. Del 17-4 al 19-22. Increíble. Memorable. Carne de repetición en bucle en YouTube.

En el infierno

Porque Iñaki Artola y Mariezkurrena manejaron miseria con una distancia en el marcador enorme y que, en otro caso, podía parecer definitiva. No fue así. El 17-4 no frenó a los de Baiko. Malas sensaciones con un material más manejable para Altuna III y, sobre todo, Aranguren. El amezketarra dio un recital en los cuadros alegres: movió a los rivales, desatascó con el sotamano y afiló el remate, eclipsando el favoritismo azul en lo que se procesaba como un gran desplome. El campeón del Manomanista fue el principal culpable del naufragio. En vena. Confianza plena. Cómodo. El 8-2 fue una obra de arte. Altuna III clavó una dejada al txoko con los pies desde el cuatro. La pelota murió en el uno.

Con un material incómodo para Mariezkurrena II–lo calificó de “motela”–, los colorados certificaron sus mejores sensaciones hasta el 17-4. Por entonces, el de Berriozaracumulaba seis errores en su cuenta. 

La remontada

Altuna III hizo su primer y único fallo en el 17-5, con 42 minutos de brega. Cambio de pelota. Más salida. Aranguren se atragantó y, sin cometer errores, entregó. Artola asumió entonces el protagonismo. Matar o morir. Sería del todo injusto personificar la remontada únicamente en Mariezkurrena II, porque el alegiarra fue un cuchillo cerca del frontis a partir de entonces. Tacada de doce tantos consecutivos. Iñaki cerró ocho tantos, cinco de ellos al tercer pelotazo. La clave: saque bombeado y remate a la vuelta. Tan sencillo y tan complicado. Su compañero en los cuadros largos afinó su propuesta y su derecha comenzó a vibrar en la frecuencia de un martillo pilón. Bombardeo a Aranguren. Dinámicas opuestas. Impotentes los colorados. Pimienta en el marcador. 17-16. 

Altuna frenó el drama con una escapada al ancho que fue tanto. El 19-16 fue otro tanto del amezketarra, una volea al txoko.

Y llegó el recital de Mariezkurrena II. Se sacó un dos paredes con la derecha para desequilibrar a sus rivales. Nuevo cambio de pelota. Cortada y saque-remate de Artola. En el 19 iguales, Jon encontró pelota en el cinco y se anotó una carambola espídica (19-20). Repitió arabesco en el 19-21 el muy descarado. En el 19-22 tramó una dejada al txoko. Pura valentía. Sangre caliente. Bendita insolencia.