A ver, quizá no todos pero yo sí, aquí estoy como en casa. En el jardín de casa al aire libre y en el salón de estar frente a la barra. Y como yo el resto. Seguro. Bien recibidos por los anfitriones. Mejor servidos por los empleados y socios, alimentados y con la sed aliviada. En celebración de nuestro año santo que, llegados a la edad cierta, corresponde festejar por quienes vamos pegándole a la bola por penúltima vez.
Somos los veteranos del pádel y lo cuento en primera persona. “Disfrutones” porque sí. Toca porque ya es hora. Sólo por el hecho de vestir de corto, al aire libre, con gente afín y dándole como antaño y peor intención. Es lo que tiene haber cumplido muchos aniversarios y continuar en activo como manda el canon y la excepción.
El pasado fin de semana tocó que los jóvenes espirituosos lucieran tipo. Ellas, por supuesto. Sobre todo ellas. Con sus mejores galas. Algunos de ellos, lo mismo. Otros, sin embargo, desarrapados y confeccionados al vuelo pero con la vestimenta oficial de cada club.
La Peña lució esplendorosa durante el fin de semana para hacernos sentir extraordinariamente. Amaneció Lorenzo encendido, un buen día aunque ventoso. Y la pelota iba por donde le venía en gana. En el aire era una brizna de hierba mecida por el malévolo Eolo que soplaba a destajo, más abajo que arriba, donde los picos y piques hicieron la delicia de quienes compitieron viernes y sábado por los títulos masculino y femenino de Álava de veteranos por equipos.
Equipazos
Los chicos y chicas de los clubes punteros de Álava aparecieron con la mejor representación. Las mujeres del Bakh, el equipo Play Pádel, exhibieron sus cualidades ante las de Júndiz; los hombretones de Pádel Norte frente al cualificadísimo grupo inscrito desde la ciudad del Baskonia. Una pléyade de incansables dispuestos a todo por pegarse el festín en la cancha. Hubo competencia pero también buen rollo. Cada punto, cada juego, tras cada set y partido muchas sonrisas, comentarios, chanzas y hasta verborrea e incontinencia verbal, pero mientras la bola andaba en juego todo se resumía en combate puro, pelea y competencia.
La instantánea elegida en un principio para ilustrar el cuento iba a ser la del grupo de mujeres y hombres que se habían impuesto en el campeonato provincial de veteranos por equipos. Las jugadoras de Bakh Play Pádel y la representación masculina de Pádel Norte en sintonía, pero nos ha parecido apropiado tomar el posado de todo el grupo en las escaleras exteriores del club anfitrión. Estábamos casi todos, dispuestos para la ceremonia de premiación y refrigerio.
Manu Rabanera, el presidente, uno de la casa que agradeció el ambiente y la participación de los veteranos se mezcló entre la marabunta representativa del pádel veterano alavés. No faltaron Raposo y Aniel-Quiroga pero echamos de menos a la leyenda Verastegui, el dandi zurdo. No faltó a la cita ni al posado, Siro Salvador, fichado por las gentes de la ribera del Ebro. Tampoco José Manuel ”kantxero” Pérez, Tito Subero, DJ Mario, Roa, “Katxin” Uriarte, Yayo, Arantxa Preciado, Eba, Poza, Vanessa Pérez, monsieur Monreal, Yolanda, Pino, Susana y Garayo, el doctor Coto, Calixto y su Melibea, Paqui, que no aparece en las canchas pero destaca en los saraos, Andoni y Antonio Moreno y otros cuantos arriba y abajo, a derecha e izquierda, que dieron buena cuenta del surtido de croquetas y tortillas para librarse de preparar la cena.
El soleado día, el magnífico fin de semana que disfrutamos todos juntos en la Peña resultó como estaba previsto; todo ok, todo perfecto.
Cierto que los campeones y campeonas lo disfrutan el doble, pero no sólo de competir vive el deportista. Participar y hacerlo con el mejor espíritu es la clave y eso, entre los veteranos, es condición sine qua non, imprescindible y obligada. Un saludo a los jubilosos de la escalinata.