Un ejemplo de transparencia, coordinación y rapidez a la hora de juzgar una jugada. Esto es lo que se muetra en un video de una jugada de un partido de la Premier League en la que un árbitro decide cambiar su decisión tras la asistencia del videoarbitraje.

La charla en la que intervienen el árbitro principal, uno de sus asistentes, el cuarto árbitro y el colegiado presente en la sala de video cambia la decisión inicial decretada sobre el césped en un ejercicio de buena praxis arbitral.

Una muestra de que es posible usar mejor la tecnología para impartir justicia en el fútbol, algo que en La Liga española comienza a ponerse en duda tras la acumulación de errores arbitrales jornada tras jornada en la que el Alavés se ha visto perjudicado notablemnet en este inicio liguero.

El Alavés, descontento con los arbitrajes

Cuatro son los errores arbitrales que le han impedido sumar más puntos en estas primeras jornadas. El último se vio en el esperado derbi ante Osasuna, y provocó que Mendizorroza dijera basta, consciente de que, si el panorama no cambia próximamente, su equipo sufrirá más de lo que merece en la pelea por la permanencia. 

La acción que indignó a la afición babazorra fue la que acabó con la expulsión de Antonio Blanco. En un contragolpe rojillo, nada más arrancar la segunda mitad, el cordobés topó con José Arnaiz, cuando este se disponía a entrar en el área, y el colegiado (Figuero Vázquez) decidió mostrarle la cartulina roja al interpretar que era el último hombre y que, por ende, cortaba una ocasión manifiesta de gol. Algo que, además, apoyó el VAR.

Que el Deportivo Alavés ha sido perjudicado por la erróneas decisiones arbitrales es un hecho, pero Luis García Plaza ha dicho basta.

Según admitió él mismo durante su comparecencia previa al duelo ante el Real Betis, no queda otra que "mirar hacia adelante" y dar importancia a lo que se puede controlar: "Hablé con los jugadores el lunes y les dije que no quería oír ni una palabra más sobre los árbitros".