La primera convocatoria de la selección española femenina tras haber conseguido ganar el Mundial debería haberse realizado en un ambiente alegre e ilusionado con el futuro, pero ha tenido un aire de funeral: las jugadoras internacionales –muchas de las cuales no querían ser convocadas por la nueva seleccionadora, Montse Tomé, hasta que no haya cambios profundos en la Federación Española (RFEF)– desfilaron ayer ante los medios de comunicación con semblantes muy serios y sin apenas realizar declaraciones.
Quedaba claro que no acudían a la convocatoria por gusto sino por el temor a las graves sanciones a las que se expone quien no acude a una cita de la selección sin motivo justificado.
Para colmo, la convocatoria falló en el aspecto logístico, porque comenzó citando a las jugadoras en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas (Madrid), pero después se realizó en Oliva (Valencia).
Las futbolistas recibieron billetes de tren para desplazarse a la capital del Turia y de ahí al Hotel Nova Beach de Oliva, donde estaban convocadas ayer por la tarde y donde quedaron concentradas antes de viajar a Suecia, donde el viernes disputarán el primer partido de la nueva Liga de Naciones.
Montse Tomé fue la primera en llegar a un hotel cercano al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, el Hotel Tryp Alameda de Barajas (Madrid), que fue el lugar de convocatoria para las personas de la expedición española que residen en Madrid.
A su llegada, sobre las 11.00 horas y ante la expectación de decenas de cámaras de diferentes medios de comunicación, Tomé no respondió a ninguna de las múltiples preguntas de los periodistas, salvo un escueto “Sí” para afirmar que confía en que las futbolistas acudirían a la concentración. “Entendedme, ya hablaremos y daremos explicaciones”, añadió.
Hasta el hotel se desplazaron algunas de las convocadas ya presentes en la capital de España, como las madridistas Athenea del Castillo, Misa Rodríguez, Olga Carmona, Tere Abelleira y Oihane Hernández y la delantera del Atlético de Madrid Eva Navarro –todas, menos la primera, firmantes del último comunicado contra la RFEF–, que posteriormente viajarían a Valencia.
El lunes, en su primera lista como seleccionadora, Montse Tomé convocó a la mayoría de las campeonas del mundo, así como a Mapi León y Patri Guijarro, que regresan tras perderse el Mundial por ser parte de las 15 que se negaron a jugar mientras siguiera Jorge Vilda, y Rosa Márquez y María Méndez, aunque con las ausencias significativas de Jenni Hermoso y Alba Redondo.
Posteriormente, varias jugadoras lamentaron haber sido convocadas porque su deseo de no serlo “por motivos justificados” y que habían dejado “claro” en su comunicado del pasado viernes sigue “plenamente vigente”, y recalcaron que la convocatoria no se ha realizado “en tiempo y forma” según la normativa por lo que no las pueden exigir “acudir”.
Más de una hora después de que llegasen las primeras convocadas, la RFEF informó del plan de viaje de la selección; las cinco madridistas y la rojiblanca Eva Navarro, ya concentradas en Madrid, se desplazarían junto con el equipo técnico ayer mismo a Oliva,
Mañana, el combinado al completo viajará a Suecia, a las 10.00 horas, para afrontar el primer partido de la Liga de Naciones ante la selección escandinava el viernes en el estadio Gamla Ullevi de Gotemburgo (18.30 horas).
Ese mismo día regresarán a España y aterrizarán en el aeropuerto de Sevilla. Ya el domingo, las españolas viajarán a Córdoba para continuar preparando el segundo encuentro de la competición, que tendrá lugar el martes en el estadio Nuevo Arcángel (21.00 horas). El miércoles 27 finalizará la concentración.
Apoyo total de las suecas
Varias jugadoras de la selección sueca reiteraron ayer su apoyo a las jugadoras de España en su conflicto con la RFEF, criticaron que se las obligue a jugar el viernes.
“Es muy triste que las españolas se sientan obligadas a ir a la selección, eso no puede ocurrir”, declaró Elin Rubensson.
En parecidos términos se expresó la jugadora del Arsenal Amanda Ilestedt, quien calificó de “extraño” que fueran convocadas después de mostrar su intención de no acudir hasta que se resuelva el conflicto con la RFEF. “No es una situación fácil para ellas”, afirmó Ilestedt.
A pesar del apoyo a sus compañeras españolas, las suecas aseguran no haberse planteado la posibilidad de unirse a un posible boicot si aquellas deciden no jugar a tope el partido del viernes en Gotemburgo. “No hemos hablado de un boicot. Tendremos que ver cómo evoluciona todo. El fútbol femenino ha crecido mucho los últimos años, es bueno que salgan a la superficie algunas cosas. Ocurren muchas cosas en la sociedad que debemos parar”. – Efe/DNA