Martín Alustiza (Segura, 1961) transmite un permanente amor por la pelota. Ha sido pelotari, técnico, intendente y ahora trabaja como seleccionador de material de la Liga de Empresas. Relevó a Kepa Peñagarikano del puesto en 2017. 

¿Qué material se verá el domingo en el partido?

—Material exigente, vivo. Pusimos estas pelotas hace tres semanas, sin saber qué manistas iban a llegar a la final. Han sido Altuna III y Elordi, pero también podrían haber sido Darío o Ezkurdia. Estaba condicionado en función del frontón. El Bizkaia requiere poner un poquitín de material más que en otros sitios. Las paredes negras comen un poco el cuero. En el Labrit, por ejemplo, tienes que andar con mucho cuidado de que no te pases. Aquí, en cambio, de que te quedes corto. 

Prosiga. 

—Debido a ello, ponemos un poquito más material de lo normal, ya que elegimos los lotes hace tres semanas. Además, en ese tiempo, la pelota se asienta generalmente. Tiende a bajar. No es fácil calcularlo bien, porque tiene vida propia. 

El Bizkaia, además, dispone de altura para mover la pelota. 

—Sí, parece mucho más grande que cualquier otro frontón, pero solo tiene un metro más que otros. Sobre todo, condiciona la pintura mate.

¿El Manomanista es un quebradero de cabeza para el seleccionador?

—El Cuatro y Medio es, entre comillas, el más fácil, porque te condiciona a jugar dentro de la distancia. Y si el lote es un poco exagerado, se percibe menos. Por parejas y en toda la cancha se nota mucho más. De todos modos, ahora el mano a mano ha cambiado una barbaridad, ya que prácticamente juegan de aire la mitad del partido. Aunque sea pelota muy viva, eso hace que se enrede delante. El juego de ahora provoca que no se note tanto. 

¿Este campeonato se ha mantenido el tipo de material que en años anteriores? ¿Es más rápido? 

—Sí, es muy rápido. En Primera se juega con pelota rápida y viva. Fíjese, en las elecciones, las más muertas se quedan en el cestaño. Ni ellos las quieren. Por ejemplo, Elordi ha escogido una más viva y otra un poquito más baja para la final. Eso está bien. El partido puede cambiar y tienes margen de maniobra. Altuna III, en cambio, ha seleccionado dos pelotas más o menos vivas. Luego, la raya del seis y medio también te condiciona. Tienes espacio suficiente para restar. Me favorece.

¿Cuál es la sensación con el material durante este campeonato? 

—Estoy contento. A mí me gusta llevar una línea general. Debes tener un criterio uniforme, juegue quien juegue. Tienes que mirar la pelota en función del frontón. Eso es lo más importante que hay.

Una vez que cambió eso, se evitaron las suspicacias.

—Claro. Si están puestos los cueros para el frontón, no están para uno u otro manista. Eso también me beneficia. 

De hecho, usted fue intendente en Aspe y cada empresa ponía lo que convenía a su pupilo. 

—Antes de la elección había una guerra psicológica. Yo tenía Irujo y en Asegarce estaba Olaizola. Ahora ha cambiado mucho. Está claro que la fórmula que estamos llevando a cabo evita esas dudas. Antes, el intendente buscaba pelotas que beneficiaran a su manista. Luego ahí estaba el seleccionador, que tenía que cortar. Era un trabajo muy difícil. Ahora también lo es. Yo, de hecho, diría que es el más difícil de todos los trabajos que he tenido. 

Y usted ha vivido todas las facetas del deporte... 

—Es el más duro, el más exigente y el que menos satisfacción tiene. Intentas satisfacer al público, a los pelotaris, a las empresas, a todos. Y estás en la diana. 

Hubo épocas en las que las elecciones de material de una final eran complicadas para el seleccionador. ¿Cómo ve la situación actual?

—Creo que la fórmula que estamos llevando a cabo ahora es prácticamente el 80% del motivo de que los manistas no se quejen tanto como antes. En este campeonato desde la liguilla de cuartos de final pusimos las pelotas en función de los escenarios, no de los contendientes. Eso evita los conflictos. Es lo mejor. En un deporte como la pelota, que hoy en día está muy profesionalizado, un deporte que se ve en la televisión, hay que evitar ese tipo de situaciones o que se den comentarios como que no han puesto pelota para tal o cual. Se colocan en función del frontón y ya está. A veces te equivocas, que puede pasar, pero eso evita otro tipo de discusiones. Desde luego, antes había más calentones que ahora.