Casi a la vez que Carlos III, tres de nuestras pelotaris han protagonizado su propia ceremonia de coronación. Tres mujeres diferentes, tres pelotaris, dos modalidades y dos txapelas para la pelota alavesa, cuya selección cuenta con un elenco de magníficas deportistas cuya historia hemos ido conociendo estos últimos años.

Una cuarta, Laia Uribe, llegó hasta la penúltima estación, donde quedó descabalgada en la pelea por la txapela del individual sub-22 de cesta punta y otras dos, con medio título en el bolsillo y un camino de rosas detrás desde que comenzara a jugarse el GRABNI; Ane Ibáñez y María Sáez Arzamendi se merecían el título, eran favoritas y candidatas números uno frente a la pareja guipuzcoana de paleta argentina. Pero el deporte es lo que tiene, a veces no ganan las mejores, ni las favoritas. Goikotxea y Galdós aprovecharon bien sus opciones y jugaron mejor el partido decisivo en los Astrónomos. Bendito deporte.

Leire Garai, Leire Dueñas y Laura Sáez Arzamendi se proclamaron el sábado último reinas del frontón. Garai es la niña de nuestros ojos, mundialista y subcampeona del mundo, coleccionista de txapelas y pelotari por encima de todo. Solo tiene 19 años. Más de la mitad los ha pasado en el frontón, seguro, sobre todo en el de Zaramaga, su segunda casa, rodeada de niños al principio y al frente de un buen número de chavalas hoy, que la admiran, cuyo esfuerzo y comportamiento les sirve de acicate. “Es un modelo a seguir”, corrobora Mikel Rafael, Director Técnico de la Federación Alavesa de Pelota, “por cómo pelea, por cómo trabaja, por cómo se comporta, por lo que se exige a sí misma en cada entrenamiento. Es un ejemplo y un referente para las chavalas y, hasta para los pelotaris en general”.

“Trato de darlo todo en cada partido, en cada entrenamiento, para mejorar física y mentalmente y ganar todo lo posible”, reconoce, “pero mi gran objetivo es disfrutar del camino, cada día”. La Emakume Master Cap –“mi torneo favorito”–, la Liga Vasca y el Élite de Euskadi, el Diario Vasco, el del Antiguo, son las citas que tiene en cuenta en su calendario. Lo ha ganado casi todo pero siente “un orgullo especial cuando me levanto tras un mal día; nunca me rindo”. Aprecia que la miren y sientan como un referente; “me presiona y me motiva… pero, si les allano el camino, mejor que mejor”.

Leire Dueñas llegó a la pelota muy tarde. Ha cumplido 37. Pelotari con kilómetros pero de pura afición. De pared izquierda, aprendiz reciente en el trinquete, alumna de los cursos municipales que ha avanzado hasta muy entrada en vereda, para codearse con las mejores y hacerse con un sitio. Este año jugó la final femenina del provincial de paleta argentina –“muy orgullosa de hacerlo junto a Ane Ibáñez”, dice–. Quiere una txapela de segunda, en trinquete, que ya ganó en tercera, viene de ganar el GRABNI –“gracias Laura”, proclama, feliz por “estar al lado de una campeona y ganar con ella una txapela tan importante”– por segundo año consecutivo y “pretendo seguir aprendiendo y compitiendo cada vez a un nivel más alto”.

La pelotari de Hinojosa –“jugar en el pueblo de mis padres es mi gran ilusión, es sin duda el torneo que prefiero”– reconoce que “a rebufo de Laura, ganar la txapela de frontenis es más sencillo”. Quizá no sea una referente de la pelota alavesa pero sí un ejemplar único y admirable en el que “fijarnos todos un poco”, confiesa Mikel Rafael. “Es”, dice Mikel, “una deportista que se supera cada año, se apunta a un bombardeo y le encanta competir y mejorar”. Las dos txapelas del GRABNI son un justo premio a tanto esfuerzo y voluntad de aprendizaje.

Y está Laura Sáez. Ella sí, aunque reniegue –“no me siento una referente”– es considerada por sus compañeras, por todas, por los pelotaris en general, una pelotari total, una deportista global, una competidora única que rinde en cualquier frontón, con todo tipo de herramienta, dura, sacrificada, de técnica depurada y “un carácter y personalidad únicas para el juego de pareja”. Mikel Rafael la tiene en un pedestal, como todas sus compañeras. “Lo lleva en la sangre. No parece que le cueste, lo hace fácil. Compite como nadie”.

Laura lo lleva en los genes. La familia Sáez Arzamendi –Alesanco habría que añadir, por el segundo apellido del padre– ha caminado tras la estela del padre con una raqueta/paleta entre las manos el último medio siglo. “Mi gran objetivo es disfrutar”, subraya la pelotari, que deja en el frontón hasta la última gota de sudor, todas las carreras y los esfuerzos que sean necesarios. Tampoco se considera alguien a quien emular; “yo aprendo cada día de los demás”, resalta. “Conocer a gente, jugar en los pueblos, a lo que sea, goma maciza, frontenis… es mi gran objetivo. Casi el único”, reconoce con humildad. Laura es una deportista ejemplar. Sonríe siempre, pelea hasta el final “jamás te deja sola”, opinan sus compañeras. En Euskadi y Navarra hay tres, otras cuatro como ella, que ha sido campeona de Euskadi, Liga Vasca, del GRABNI, jugadora de la Selección Vasca muchos años. Ha ganado al frontenis, a paleta goma, en el trinquete con la argentina. Es la mujer más dura, más fuerte, con más carácter “que conozco”; no pierde la sonrisa, no escatima el buen consejo, jamás tira de reproche… Y todo eso en un cuerpo frágil y delgado, pero dotado de las mejores virtudes del buen deportista. Las tres se coronaron en el frontón el pasado sábado. Son las reinas del 23.