Fue, de largo, la noche más redonda de una temporada donde ya empiezan a divisarse por fin los primeros brotes verdes pese a los importantes jugadores que todavía permanecen en la enfermería.
El Baskonia anuló por completo al Efes gracias a una actuación completísima que dejó varias actuaciones destacadas en el plano individual.
Spagnolo fue un martillo pilón en ataque durante los tres cuartos iniciales, Luwawu-Cabarrot acabó la velada con la confianza por las nubes hasta superar con creces la barrera de los 1.000 puntos en la Euroliga, Diakite montó una tienda de sombreros en la zona gracias a una espectacular labor de intimidación y, por ejemplo, el discutido Nowell también elevó sus prestaciones respecto a jornadas precedentes metiendo manos en defensa y dando sentido al juego de ataque.
Sin embargo, la otra gran alegría frente a la escuadra cervecera vino dada por los grandes minutos de Rodions Kurucs. El polivalente letón fue el interior que más minutos estuvo en pista y, desde luego, dicha determinación de Galbiati estuvo más que justificada.
El técnico italiano premió su sorda labor en los dos aros pese a que tuvo que retirarse al banquillo en más de una ocasión con sangre en distintas zonas de su cuerpo.
Cual boxeador que baila en el cuadrilátero, Kurucs aguantó estoico cada uno de los golpes y dominó a los pocos interiores sanos con que el Anadolu Efes cuenta en la actualidad ante las bajas de Poirier y Papagiannis
No hubo dolor para el guerrero báltico, quien cual boxeador que baila en el cuadrilátero aguantó estoico cada uno de los golpes y dominó a los pocos interiores sanos con que el Anadolu Efes cuenta en la actualidad ante las bajas de Poirier y Papagiannis.
Queda claro que, a falta del ansiado fichaje para suplir la vacante dejada por Samanic, Kurucs es el factor predestinado a brindar un plus de calidad al Baskonia entre los hombres altos.
El letón, desplazado por exigencias de guion al puesto de cinco, completó un pleno de acierto en sus tiros de campo mostrándose como un jugador versátil, dinámico y con capacidad para dirigir incluso la ofensiva desde el poste bajo.
Ningún otro jugador en manos de Galbiati posee, desde luego, la facilidad para actuar de espaldas al aro, una virtud extraviada en el baloncesto moderno entre los pívots. Junto a Tadas, Kurucs formó una notable pareja que superó con claridad tanto a Smits como Osmani. A ello añadió su facilidad para correr el contragolpe.
En definitiva, un poste muy del gusto de Galbiati por su polivalencia que hasta la fecha no había podido mostrar su mejor versión víctima de los problemas de fascitis plantar que le obligaron a perderse el Europeo y reaparecieron en la visita del Real Madrid. Con un mejor tono físico y un tamaño muy importante para contener abajo a sus pares, el báltico está llamado a brindar muchas noches de gloria si la salud le respeta.
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