El pasado mes de enero, Nahuel Tenaglia (Saladillo, 1996) cumplió el sueño de la gran mayoría de los jugadores formados en latinoamérica: dar el salto al fútbol europeo. Algo muy especial, por lo que había peleado durante muchos años, pero que le obligó a pasar por la amarga tesitura de un descenso de categoría. Afortunadamente, el deporte siempre ofrece nuevas oportunidades y, con la fehaciente sensación de que esta va a ser su temporada, el lateral argentino se muestra dispuesto a hacer todo lo posible para devolver al Deportivo Alavés a donde se merece; es decir, a la Primera División.

¿Cómo marcha el stage por tierras alicantinas?

–Bien, bien. Estamos metiéndole mucha carga a las piernas, además de enfrentarnos a varios equipos, y ambas cosas nos vienen genial de cara al inicio de la temporada, que va a ser muy larga.

“Romper mi cesión con el Alavés nunca ha sido una opción”

¿Qué valor tienen este tipo de concentraciones?

–Creo que sirven de mucho para mejorar la dinámica del grupo. Hay muchos compañeros nuevos y es importante que poco a poco se vayan sintiendo parte del equipo. Para ello, las actividades más casuales, como la que hicimos el jueves de ir a los karts, vienen muy bien, aunque se me diera fatal (ríe).

¿Qué importancia le da a la derrota ante el Wolverhampton?

–La que merece cualquier partido amistoso. Más allá de que fuera un rival de mayor entidad y con más tiempo de preparación, nuestra labor es sacar lo positivo y, sobre todo, tratar de mejorar a partir de los errores que cometimos. Aún tenemos varios partidos para ponernos a punto antes de que arranque la liga.

¿Cómo han sido las primeras semanas a las órdenes de Luis García Plaza?

–Estamos aprovechando el tiempo al máximo, incidiendo mucho en el sistema táctico y en qué hacer cuando tenemos la pelota. Luego, en lo personal, el míster me está insistiendo en las presiones al rival y también en que tome parte de la salida de balón, lo cual me gusta mucho. Ojalá todo este trabajo se vea recompensado luego durante la temporada.

¿Ha notado mucha diferencia respecto a Mendilibar y Velázquez?

–Bueno, cada cual tiene su forma de trabajar y de entender el fútbol. Mi labor, al igual que la de mis compañeros, no es otra que ayudar y adaptarme a quien esté en el banquillo. Pero estoy contento con lo que estamos haciendo, sí.

¿Cómo han sido para usted estos meses en Vitoria-Gasteiz?

–Muy lindos en lo personal, porque recientemente ha nacido mi hija y el club y la familia han estado ahí para apoyarme, y decentes en lo deportivo. Aunque jugué bastante al principio, creo que este año, con una buena pretemporada de por medio, puedo mostrar mi mejor nivel. Sinceramente, ahora mismo me siento mucho mejor que hace unos meses tanto a nivel físico como futbolístico.

Llegó a Mendizorroza para jugar en la élite, ¿supone un paso atrás hacerlo en Segunda División?

–De ninguna manera. Me hubiera gustado seguir enfrentándome a los mejores, como es lógico, pero estoy seguro de que esta experiencia me va a servir muchísimo, pues la valoro como una oportunidad para seguir creciendo. Además, me ilusiona pelear por el ascenso y demostrar de qué soy capaz.

Entonces, ¿no se planteó en ningún momento cortar su cesión con el Alavés?

–No, y el club tampoco lo hizo. Buena muestra de ello es que ni pensé en irme de vuelta a Argentina en mis vacaciones, preferí quedarme en Vitoria y seguir entrenando. Como te he dicho, no me parece un paso atrás y a mí me gustaría que el Alavés terminara contando conmigo en propiedad.

¿Se ha olvidado ya el vestuario de la decepción que supuso el descenso?

–Sí, solo pensamos en lo que está por venir. Junto a los nuevos compañeros que han llegado este verano, nuestra intención es terminar bien la pretemporada, con una preparación adecuada, y centrarnos ya en el duelo ante el Leganés. Va a ser un año muy largo y duro, porque hay mucho nivel en Segunda, pero tenemos la obligación de ser uno de los equipos que peleen por el ascenso.

¿Y cómo ha visto a los recién llegados?

–Con muchas ganas de trabajar y demostrar, lo cual es muy positivo para los que llevamos más tiempo aquí. Se está formando un grupo muy lindo y competitivo, que se deja la vida en cada entrenamiento, y sé que así nos van a ir bien las cosas.

También están haciendo la pretemporada con el primer equipo varios canteranos.

–Sí, y los estoy viendo muy bien. Son chicos que entrenan y luchan como nadie, dispuestos a dar el salto, y eso es importante. Siendo tan largo el curso, su ayuda e ilusión siempre es bienvenida.

El Alavés ha fichado en su posición a Anderson Arroyo, que hizo una gran temporada en Anduva, supongo que esto le motiva.

–Claro. Nos llevamos muy bien, porque ambos somos latinoamericanos, y estoy seguro de que le vamos a poner las cosas muy difíciles al míster. Esta competitividad nos va a ayudar mucho a ambos.

¿Se ha propuesto algún objetivo individual en específico de cara al nuevo curso?

–Diría que no. Solo pienso en hacer un buen torneo, para eso me estoy preparando, y en demostrar al Alavés que acertaron al confiar en mí. Me queda un año de contrato y, como he dicho antes, me gustaría seguir aquí en el futuro.

¿Cómo se está viviendo la situación de Fernando Pacheco? Está entrenando con el grupo, pero sin participar en los amistosos.

–La situación es curiosa, pero es lindo tener a Pache aquí con la experiencia que tiene y los años que lleva en el Glorioso. Más allá de que no esté jugando los partidos, es un compañero que siempre tira para adelante y ayuda mucho al grupo. Ojalá se quede, pero, si se tiene que ir, lo tiene merecido, porque es un gran arquero y una mejor persona.

Otro que, como dice, tira mucho del vestuario y aún no se sabe si va a continuar en el Alavés es Víctor Laguardia –aunque él no está en los entrenamientos–.

–No estoy muy al tanto del tema, pero tener un compañero como Víctor en el vestuario es fundamental. Todos lo vemos como un referente y nuestro capitán, pues siempre se muestra dispuesto a ayudar. Además, en el aspecto deportivo aporta muchísima jerarquía a la defensa, lo que podría ser decisivo a lo largo del curso.

Lleva más de seis meses en Vitoria-Gasteiz, ¿qué le ha sorprendido del Alavés?

–La gente, sin duda. Pese a estar fatal la temporada pasada, no pararon de animar y merecen ese reconocimiento y más. Ahora, debemos trabajar para devolver al club a donde merece estar.